El Colegio Oficial de Médicos de Barcelona ha denunciado la celebración este sábado en la capital catalana de un congreso que consideran que promueve la pseudociencia y las terapias alternativas contra el cáncer. El doctor Gustavo Tolchinsky, secretario de este organismo y responsable de evaluar los casos de mala praxis médica, considera que cuestionar la relación de confianza entre facultativos y pacientes (algo que promueve este simposio solo con su nombre: “lo que tu médico no te está contando”) significa erosionar uno de los pilares de la aplicación de la medicina.
¿Qué ven en este congreso que les ha llevado a calificarlo de “pseudocientífico” y por qué consideran peligrosa su celebración?
Es evidente que su título, Un mundo sin cáncer. Lo que tu médico no te está contando, sugiere que los médicos actuamos de forma ocultista y que traicionamos la confianza del paciente. Y sin confianza, la relación médico-paciente no tiene sentido. Sugerir en un congreso que el médico actúa de forma desleal ante el paciente, de forma deliberada, es muy lastimoso, porque ataca algo básico para la sociedad: la confianza en sus médicos.
¿Por qué han optado por la vía de pedir a la Generalitat que abra un expediente?
Es un deber del Colegio regular la profesión, y si lo hacemos es para proteger a la población, por eso evaluamos la actuación de los médicos. Pero nuestra competencia es solo sobre la población médica, no tenemos capacidad sobre otros, por eso nos hemos personado en otra instancia, que es Salud. Entendemos que en ese congreso se difundirá información muy probablemente engañosa, y con la que se quiere hacer ver a la población una realidad que no se basa en hechos científicos, sino en elementos ideológicos respecto a cómo un colectivo cree que es la vida de los pacientes con cáncer. Hemos de proteger a la población de informaciones que les inducen a error, o que pueden llevar a pacientes a abandonar tratamientos, a no confiar en su equipo médico o a generarles sufrimiento y angustia en un momento tan difícil para tomar decisiones.
Pese a que ustedes lo consideren información peligrosa, ¿es la prohibición una solución idónea? ¿No les ampara la libertad de expresión?
En cuestiones de riesgo para la salud es deseable que actúe el organismo competente, que es Salud, y por eso les hemos trasladado nuestra preocupación. La información que se difunde no es que vaya en contra de una opinión, sino de hechos científicos constatables, y si eso no daña a nadie, no pasa nada, pero si provoca daño en las personas, entonces podríamos decir que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. Cuando un paciente recibe información sesgada, ya sea por ideología o por ánimo de lucro, implica un elemento de coacción. Al paciente se le ha de ofrecer siempre el tratamiento con mayor evidencia científica disponible.
¿Más allá del título del simposio, qué más les induce a pensar que se puedan difundir terapias fraudulentas?
Uno de los ponentes es Josep Pàmies, y esto ya nos sugiere una línea ideológica y argumental del simposio que no irá de acuerdo con defender evidencias científicas. Sus antecedentes, informaciones y actos en las redes son bien conocidos.
Usted es responsable de recopilar las denuncias de mala praxis médica. Han sancionado a facultativos por propagar tratamientos pseudocientíficos?
Hemos sancionado a un médico a un año y seis meses de inhabilitación por practirar terapias que no estaban para nada regladas. En su actuación no se reconocían actos médicos, sino venta y aplicación de terapias no regladas, con lo que su paciente estuvo en manos de una persona que diciendo ser médico no actuaba como tal.
Y fuera de la profesión, ¿cómo ve la proliferación de estas terapias?
Hay una mayor actividad informativa debido a las redes sociales y pacientes que preguntan más por distintas terapias porque son más sensibles a esta información que está a su alcance. Pero no puedo hablar mucho por lo que hay fuera de la profesión. Sí hemos aumentado la actividad de expedientes para indagar sobre actuación médica relacionadas con terapias no regladas. Cuando se aplican de manera alternativa, apartando al paciente del tratamiento que indicarían los procedimientos científicos y las guías clínicas, es una actuación contraria a lo que debería ser un acto médico. No sancionamos a cualquier persona que haga un tratamiento alternativo, sino al médico que en el acto asistencial ejerza una actividad que no tenga nada que ver con el conocimiento médico.
¿De qué hablamos cuando hablamos de pseudociencias?
Por lo que respecta al cáncer, este año publicamos en la web del Col·legi un documento para los pacientes, ya sea de Oncología o de cuidados paliativos, remarcando sobre todo la importancia de dar información correcta. Las personas que se someten a tratamientos han de saber qué es lo que se le está aplicando. No todos los tratamientos tienen el mismo nivel de evidencia.
Póngame un ejemplo de qué tratamientos no tienen evidencias.
Son aquellos que no se han sometido a estudios científicos ni se han publicado ni contrastado con otros grupos de investigación. Uno puede publicar un caso en el que dice que aplicando un producto consigue hacer caminar a un paciente paraplégico, y otro somete a pacientes a un tratamiento, hace dos grupos, los compara sin que el investigador qué se ha aplicado a cada paciente, se publica con toda la información disponible para que la comunidad científica la pueda poner a prueba... Sobre el reiki, en su momento hubo una publicación que científica que publicó un experimento con gente que sabía hacer reiki y otra que no, y el resultado fue el mismo para ambos grupos a la hora de detectar la energía que se supone que buscaban. Esto es un ejemplo de algo que no tiene evidencias.