El paro de los taxistas de Barcelona contra los vehículos con conductor vacía las paradas

Los taxistas de Barcelona y de su área metropolitana han vuelto a las movilizaciones. La convocatoria realizada por varias agrupaciones del sector, consistente en un paro del servicio y la realización de manifestaciones, ha obtenido una respuesta mayoritaria que ha vaciado prácticamente de vehículos las paradas de taxis de lugares estratégicos en la ciudad como la estación de Sants o la Terminal 1 del Aeropuerto.

Las agrupaciones del sector aseguran que su malestar se debe a los efectos que para el sector tiene la lo que ellos consideran una “progresiva liberalización del servicio”, que emplea en el área metropolitana a 10.500 taxistas. Los taxistas se quejan, por ejemplo, del gran incremento las licencias para los vehículos de alquiler con conductor (conocidas con las siglas VTC), que tildan de “taxis camuflados” y reclaman a las administraciones públicas que frenen estas autorizaciones.

Los colectivos de taxistas han establecido unos servicios mínimos para atender situaciones extremas como transporte de enfermos o personas con problemas de movilidad.

Un portavoz del Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC) valoraba el paro como “prácticamente total”, especialmente en la estación de Sants y en el Aeropuerto donde a primeras horas de la mañana se podían ver vacíos los aparcamientos de taxis y al mismo tiempo largas colas de usuarios para abordar los medios de transporte alternativos.

Los más de 10.000 taxistas del área metropolitana de Barcelona están convocados desde las ocho de la mañana a un paro de 12 horas. La protesta es iniciativa de la asociación Élite. El resto de asociaciones se han sumado. Los taxistas temen que la entrada en el mercado de 3.000 vehículos con conductor (los coches  que utilizan empresas como Uber o Cabify) conlleve la pérdida del marco regulatorio del sector del taxi, según ha declarado Alberto Álvarez, secretario general de Élite.

“Pleno apoyo” del ayuntamiento

Los taxistas han realizado una manifestación desde el Arc de Triomf hasta el Parlament de Catalunya, donde han sido recibidos por los partidos. Mas tarde, se han desplazado hasta la plaza de Sant Jaume, sede de la Generalitat y también del Ayuntamiento de Barcelona. Los profesionales del taxi reclaman un compromiso al consistorio que preside Ada Colau que evite que circulen por la ciudad los 3.000 coches de alquiler con conductor que, en su opinión, funcionarían como taxis camuflados o piratas. También reclaman la realización de un estudio del impacto que supondría su entrada de dichos vehículos en el mercado de la movilidad.

Tras el incidente que es ha ocasionado en las puertas, el ayuntamiento, por boca de la concejal de movilidad, Mercedes Vidal, ha dado “pleno apoyo” a las reivindicaciones de los taxistas y ha pedido a la Generalitat que siga y controle las licencias de vehiculos sin conductor que otorga esta institución. Estas licencias podrían abrir una puerta de servicio para plataformas como Cabity o Uber.

Tributar en el exterior

Entre otras críticas, los taxistas afirman que los coches de alquiler con conductor “son propiedad de multinacionales que, si tributan, lo hacen fuera o en paraísos fiscales”. También achacan a este tipo de vehículos no tener, por ejemplo, seguro de responsabilidad civil, a lo que contraponen la regulación que existe en el taxi.

La protesta de los colectivos de taxistas es la segunda en pocos meses. El 16 de enero pasado colapsaron las rondas de Barcelona, las arterias clave de la circulación de la ciudad, cuando unos 4.000 taxis circularon de manera lenta en la llamada Operación caracol. Los taxistas protestaban además de contra los que llaman “taxis piratas”, contra las comisiones ilegales que algunos establecimientos hoteleros cobran de compañías del taxi para hacerse con la exclusividad de los clientes del mismo.