Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.
Tras cuarenta años de paz, entre cylons y humanos, la guerra estalla cuando los primeros realizan un ataque masivo contra las doce colonias provocando la casi extinción de la raza humana. Los cylon, seres robóticos creados por nosotros, se hacen más fuertes, inteligentes y consiguen evolucionar hacia unos nuevos modelos prácticamente iguales en apariencia. Los supervivientes tendrán que huir para evitar la aniquilación total. Así, empieza una de las mayores epopeyas que se han escrito en televisión, ‘Battlestar Galactica’.
Esta serie de ciencia ficción tuvo una primera versión a finales de los años 70, más concretamente en 1978. Después de 25 años, Ronald D.Moore y Glen A. Larson co crearon el remake que será más conocido como ‘Battlestar Galactica’ (reimaginada). En 2003 comenzó con un doble piloto, y ya en 2004 comenzaría la serie que duró en emisión cuatro temporada. Aunque en 2010 se estrenaría ‘Caprica’ siendo la precuela del remake.
Un macro género como el de la ciencia ficción, en este tipo de historias, suele ser un gran contenedor para mezclar e hibridar distintos géneros, subgéneros y temáticas. Dentro de ‘Battlestar Galactica’ se encuentran una variedad de ellos: bélico, aventuras, falso documental, jurídico, político, thriller o conspirativo. El acierto es el gran equilibrio que guardan entre ellos conjugándolos con dosis de acción y de reflexión. Así, la serie contiene una fuerte vertiente filosófica-religiosa que embriaga toda la narración durante las cuatro temporadas -sobre todo la última-. La obra también es un depósito de referencias del mundo literario y audiovisual, como por ejemplo: ‘Blade Runner’. En la actualidad nos puede recordar a la sueca ‘Äkta Manniskor’ o a su remake británico ‘Humans’ como una precuela a los todopoderosos cylons. Un fatalismo tecnológico en el que el ser humano se ve envuelto, ya sea por ambición o por simple evolución, donde sus propias creaciones se vuelven contra él. Este último enfoque se trata en ficciones como la británica ‘Black Mirror’.
La historia, por lo tanto, se convierte en un referente de este tipo de ficciones por su complejidad y magnitud. Unas tramas interesantes con unos personajes ricos en matices que pueblan la narración. Aunque la serie, ya sea por la incertidumbre de respectiva renovaciones o por otros motivos, acusa ciertos altibajos en la argamasilla de ciertas tramas. La cuarta temporada, y última, es otra de las piedra de toque, ya que la ficción se vuelve más filosófica y oscura que las anteriores; y que para mi, guarda muchos de los mejores momentos de ‘Battlestar Galactica’. Si tuviera que elegir un momento cumbre, sería aquel que comprende al episodio del combate de boxeo (3.09 - ‘Asuntos pendientes’), es tremendamente especial. Aunque el final fue realmente el que levantó más polémica y que no desvelaré por evidentes spoilers, a mi particularmente, me gustó por las claves filosóficas y vitales que guarda.
La vertiente temática es variada y rica tras el terrible reinicio al que se ve obligado la humanidad; una historia de supervivencia y salvación lleno de matices políticos, sociales, económicos y religiosos. Así, se tocan temas de diferente índole con un contexto propicio para ello: un marco de lucha de clases que traerá consecuentes huelgas y revueltas con la consecuente creación de sindicatos y, por lo tanto un duelo por el sistema económico. También se ofrece un marco político: anarquía, democracia, golpes de estado, terrorismo, elecciones, estados de excepción, dictadura, así como un marco religioso: los límites de la religión en el poder gubernamental, ateísmo vs creyente, monoteísmo vs politeísmo, profecías mesiánicas, etc. Finalmente, se ofrece al público un marco social: homosexualidad, aborto, racismo, intolerancia. etc. con una pugna por instaurar un código moral y ético en la nueva situación de la especie. Esto es, a 'grosso modo', una pequeña pincelada de lo que contiene ‘Battlestar Galactica’.
La evolución de la inteligencia robótica es muy recurrente en la literatura y también en el cine, con ejemplos como Metrópolis o Blade Runner. Los cylons creados por el ser humano se convierten en un ente independiente, inteligente y peligroso para la humanidad siendo desterrados de todas las colonias. Pero lo interesante en ‘Battlestar Galactica’ es como ellos, entes robóticos, quieren llegar a sentirse humanos. De ahí ese componente filosófico tan interesante, ya que anhelan convertirse en algo que odian pero que sin embargo quieren sentir esos rasgos que hacen imperfectos a los humanos: odio, dolor, egoísmo, libertad o amor, entre otros tipos de sentimientos que irán descubriendo poco a poco. Incluso llegan a guardar creencias religiosas monoteístas. Por lo tanto, se puede entender que los propios cylons buscan su humanización. También ayuda a comprender esto, que su propia evolución física se hace a la imagen y semejanza de sus creadores.
Los seres humanos nos convertimos en un animal en peligro de extinción, un pueblo errante en busca de la supervivencia. Prófugos y perseguimos por nuestras propias creaciones, las personas empiezan a replantearse su propia identidad. Enfrentarse a un peligro inminente nos hace sacar lo peor de nosotros e incluso en muchos casos llegar a nuestra propia autodestrucción. Por eso en ‘Battlestar Galactica’ la especie humana sufre en muchos momentos una involución con una consecuente reformulación de preguntas existenciales. El parecido físico y el ‘aparente’ sentir de los cylons hará las fronteras muy difusas entre cylons y humanos.
La religión es uno de los elementos más evidentes e importantes en ‘Battlestar Galactica’. Quién no recuerda las guerras santas entre moros y cristianos. Aquí encontramos algo muy parecido, ya que los cylons, monoteístas fanáticos, se enfrentan a la religión politeísta y algo decadente de las doce colonias humanas. Las dos contienen un componente mesiánico y utópico ya que anhelan descubrir la ‘Tierra’ donde pondrán perpetuar el futuro de la especie. En el lado humano es muy interesante por la mezcolanza entre lo político, militar y religioso. En la parte final de la serie este componente tomará muchísima más relevancia, provocando más de algún sonrojo en el guion.
‘Battlestar Galactica’ es rica en personajes complejos en personalidad y con unas evoluciones que irán a la par de una humanidad en una perpetua huida. Se verán envueltos en contradicciones morales y éticas, en toma de decisiones muy difíciles y al final de todo en busca de su propia identidad. Entre todos destacaría: Laura Roslin, que asume el poder político tal estallido de la guerra; William Adama, es el líder militar de Galactica; Gaius Baltar, es un reputado científico y en el que veremos lo mejor y lo peor del ser humano; Starbuck, rebelde y brillante piloto que experimentará demasiadas cosas; Modelo número seis, que se infiltró en el Ministerio de Defensa para provocar la caída de las defensas. Estos son algunos de la gran catarata de grandes protagonistas que tiene la serie.
Aunque el final puede ser más o menos discutible -a mi me gustó-, cierto es, que ‘Battlestar Galactica’ es una de las mejores series de ciencia ficción de la historia de la televisión. Con sus errores y sus aciertos es una ficción disfrutable y emocionante al cien por cien. Un producto audiovisual totalmente recomendable que para mi se convierte en un ‘must’ seriéfilo.
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