La Asociación de Familiares de la Fosa Común 100 de Paterna ha celebrado este sábado un emotivo acto de entrega de los cuerpos exhumados a sus descendientes. “Abrir esta fosa para mi ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida”, dice Teresa Llopis, presidenta de la asociación.
La fosa del cementerio de Paterna (Valencia) albergaba los cuerpos de 28 víctimas del franquismo fusiladas el 2 de noviembre de 1939, la mayoría oriundas de la comarca de La Safor. A pesar de haber localizado una veintena de familiares de los represaliados enterrados en esta fosa, los trabajos de identificación genética solo han podido reseñar tres cuerpos.
“Ha sido muy difícil recuperar el ADN de los restos pero vamos a continuar luchando para seguir con la identificación genética de los otros cuerpos”, explica Llopis, quien señala que se ha celebrado el acto porque los hijos de las tres víctimas son ya de avanzada edad y la asociación no quería perder la oportunidad de que vivieran la entrega de los restos de sus seres queridos. Se trata de los restos de Salvador Gomar Noguera y de Juan Luis Pomares Bernabéu, de Gandia, y de Vicent Blanquer Canet, de Xeresa.
Los trabajos de exhumación contaron con la financiación pública de la delegación de memoria histórica de la Diputación de Valencia. “Ha sido una experiencia muy gratificante a nivel personal y colectivo, con momentos ilusionantes y decepcionantes”, relata la presidenta de la asociación, creada hace tres años. “Es una asociación muy unida y un grupo muy empático, se ha creado una gran amistad entre nosotros a partir de este hecho”, agrega Llopis, quien también lamenta que los trabajos de búsqueda y localización de las familias han sido “muy duros”.
Teresa Llopis es la nieta de Blai Llopis Sendra, un agricultor y sindicalista de la CNT de Oliva, asesinado el 2 de noviembre de 1939, seis meses después de la ocupación de Valencia por parte del bando sublevado. “Sindicado como estaba, se la cargó”, señala su nieta.
A pesar de los pobres resultados de la identificación, la asociación ya se prepara para intentarlo con otras técnicas más avanzadas que puedan dar más resultados. “Aún hay cinco hijos de víctimas con vida y tenemos mucha prisa”, dice Llopis.