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Una pareja duerme desde julio en una playa de Alicante por no poder pagar un alquiler ni acceder a una vivienda social

EFE

Alicante —

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Una pareja duerme en la alicantina playa de San Gabriel desde el pasado 19 de julio porque no pueden sufragar el alquiler de una casa y tampoco tienen acceso a una vivienda social.

José Vicente Roca y Charo Ortiz vivían desde hacía 7 años en un piso de alquiler en el que pagaban 350 euros al mes pero pasaron una mala época y acumularon deudas por unos 1.200 euros.

Poco después, Charo recibió una ayuda y se dispuso a pagar los atrasos pero cuando ingresó 900 euros y llamó para informarse de cuánto quedaba a deber recibió una carta de desahucio, ha explicado a EFE Televisión José Vicente.

“Los alquileres están tan altos que es imposible”, ha comentado Charo, quien con su pareja han estado buscando sin descanso pero no encuentran nada a lo que puedan acceder, pese a que llevan ocho años en las listas para una vivienda de protección oficial, sin respuesta positiva.

Entre los dos ingresan unos mil euros mensuales, y parte de esta cantidad la utilizan para alquilar una habitación para su hija, de 18 años y que estudia un grado de Atención a la Dependencia.

Son casi 300 euros que se suman a los 290 que pagan por un trastero donde tienen guardados todos sus enseres antes de acabar viviendo en una tienda de campaña en la playa de San Gabriel hasta ahora, ya que la policía local se ha acercado y les ha comunicado que está prohibido acampar en la arena.

Por ello, se ven obligados a cambiar la tienda por un parasol donde duerme ella, mientras que él lo hace en una colchoneta bajo la sombrilla.

Han relatado que su hija “está sufriendo” porque “ella está en una habitación y nos ve a nosotros aquí en la playa con esto”, lo que hace que “muchas veces se ponga a llorar”, según José Vicente, mientras que Charo lo tiene claro y ha manifestado que ella aguantará lo que pueda para que a su hija no le falte un techo.

“Si llega un día que no pueda pagar la habitación de mi hija, lo siento en el alma, pero le voy a meter una patada a una puerta para que mi hija no se quede en la calle”, ha comentado entre lágrimas.