El bipartito de PP y Vox se carga la partida para la promoción de los escritores valencianos en el exterior

Ni la promoción de los escritores valencianos en el exterior ni el Espai Joan Fuster de Sueca. El vicepresidente autonómico de Vox, Vicente Barrera, ha sacado la tijera en los presupuestos para vetar aquellas iniciativas culturales que no entran en los parámetros de la extrema derecha.

La dirección general del libro, controlada por el extorero de Vox, no ha incluido la subvención de 100.000 euros destinada al Institut Ramon Llull para la “promoción de la literatura y la cultura mediante el establecimiento y la gestión del programa de actividades durante 2023”. Se trataba de la promoción en ferias literarias como la de Bolonia (Italia) de escritores valencianos. La Generalitat Valenciana, a pesar de no formar parte del Institut Ramon Llull, a diferencia de los gobiernos catalán y balear, sí que inició una senda de colaboración con la entidad durante la etapa del Pacte del Botànic.

Barrera también ha vetado la ayuda al Espai Fuster de Sueca, el centro museístico, de estudios e investigación sobre el ensayista de Sueca, principal blanco de la ira de la extrema derecha desde la Transición.

A la Fundació Bromera, vinculada a una de las principales editoriales valencianas, le baja la subvención de 90.000 a 30.000 euros, mientras que el hachazo a la Fundació pel Llibre i la Lectura (FULl), que impulsa la lectura en la lengua propia, es de 140.000 euros.

Por su parte, el Institut Ramon Llull también pierde la subvención de la Conselleria de Educación, dirigida por el popular José Antonio Rovira, para la promoción del valenciano en universidades del exterior de la Comunitat Valenciana. La ayuda, de 250.000 euros, estaba destinada a impulsar el intercambio con universidades españolas de fuera del territorio valenciano.

Además, el departamento de Educación, que controla la dirección general de Innovación Educativa, también deja caer la subvención de 70.000 euros para el aula didáctica sobre migraciones organizada por la ONG Sea-Watch.