Los cinco avisos del barranco del Poyo en la DANA que Mazón omite para esquivar la responsabilidad de su Gobierno

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El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, sigue empeñado en defender la tesis del “apagón informativo” como la causa de que su gobierno no tomara medidas ante la DANA del pasado 29 de octubre, que ha dejado 228 víctimas mortales, una de ellas aún desaparecida. Tras la declaración este lunes como testigo de la delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, que participó en la reunión de Emergencias horas antes de que Mazón se dignara a presentarse, el dirigente popular, el partido y los medios afines insisten en culpar a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) de no aportar información sobre los cauces de los barrancos que se desbordaron.
Bernabé confirmó ante la jueza que en el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) no se habló del barranco del Poyo hasta que la alcaldesa de Paiporta la alertó de su desbordamiento. En el comité, los órganos de Emergencias estaban centrados en la ribera del río Magro y las comarcas por las que discurre, con especial preocupación por la presa de Forata. La delegada avisó por la mañana de que había un desaparecido y le pidió a la consellera de Justicia e Interior, competente en Emergencias, que solicitara la entrada de la UME; petición que no se efectuó hasta pasadas las 15 horas.
Durante toda la jornada, hubo numerosas señales que debían de haber bastado para poner sobre aviso a la Generalitat Valenciana del desbordamiento de ríos y barrancos y el empeoramiento de la situación, de la que Aemet llevaba varias jornadas advirtiendo. Entre ellas, los mensajes del propio secretario autonómico de Emergencias, Emilio Argüeso, que comunicó a la vicepresidenta de la Generalitat que los barrancos estaban “a punto de colapsar” antes de las 15 horas, mientras se encontraba con la consellera Salomé Pradas observando in situ el caos en Carlet (La Ribera Alta).
Los bomberos forestales de la Generalitat medían el caudal del barranco del Poyo y fueron retirados. La tesis del apagón informativo es un arma de doble filo. El Ejecutivo autonómico se escuda constantemente en que no tenía datos suficientes para tomar decisiones, que había un punto ciego en el barranco del Poyo, cuenca en la que se produjeron la mayoría de fallecimientos. Resulta llamativo este argumento si se tiene en cuenta que la Generalitat Valenciana envió a sus bomberos forestales a medir este mismo cauce a media mañana y que los retiró a las 14.30 horas. El exinspector jefe del Cuerpo Provincial de Bomberos, José Miguel Basset, justificó la decisión en que el agua había bajado y era la hora de comer, aunque los efectivos llevaban sus propios víveres. Los responsables políticos de Emergencias han asegurado que desconocían esta decisión y se la atribuyen a los técnicos. En todo caso, de haber un apagón, lo habría provocado el mismo Ejecutivo autonómico al dejar de controlar el cauce. Cómo iban a ver la avenida de agua si no había nadie mirando.
La información de la CHJ a través del sistema informático. En la ingente documentación remitida a la causa se observan los avisos que el organismo de cuenca fue trasladando al Gobierno autonómico, centrados en tres focos: el río Magro, el río Júcar y los barrancos. El sistema, que salta de forma automática cuando se superan determinados umbrales, envió cientos de correos alertando tanto del agua recogida en los pluviómetros como de los cauces.
La CHJ avisó de la avenida de agua. A las 17.02 horas, el sensor SAIH generó un aviso de lluvia en la Rambla del Poyo (barranco de Chiva) de 51,6 mm en las últimas 4 horas, superando el umbral de 50 mm en 4 horas. La CHJ lo comunicó por email al Centro de Coordinación de Emergencias. En l'Horta Sud, el barranco del Poyo es conocido como barranco de Chiva. La toponimia valenciana es bastante explícita en cuanto a la relación de esta tierra con el agua, y con mayor énfasis en este caso, el sobrenombre de esta rambla no es casual: avisa de dónde proceden las aguas. A las 18.43 horas, la CHJ comunicó por email a las autoridades de protección civil de la Generalitat un primer, segundo y tercer aviso de caudal en la rambla de Poyo de 1.686,00 metros cúbicos por segundo con tendencia ascendente a las 18.40 horas. Eso suponía a la altura de Chiva que el barranco transportaba cerca de cuatro veces el caudal del Ebro, llegando a rebasar en algunos momentos los 2.200 metros cúbicos por segundo. Esa agua bajaría por la rambla hasta desembocar en l'Albufera de Valencia.
Las llamadas del 112. El Cecopi se constituye en el Centro de Emergencias de l'Eliana, un complejo administrativo donde también se encuentran los trabajadores del 112. Es, literalmente, el edificio de enfrente, y apenas se tardan unos minutos en ir de uno a otro. Pese a estar privatizado, la información que reciben los empleados a través de las llamadas telefónicas se canaliza a los técnicos de Emergencias públicos. La sala donde trabajan los técnicos, el centro de mando, está repleta de pantallas que monitorizan esas llamadas. El 29 de octubre, el teléfono registró 2.342 incidentes (cada uno asociado a una o varias llamadas) causados por fenómenos meteorológicos solo en la provincia de Valencia. El teléfono comenzó a recibir llamadas en la cuenca del barranco del Poyo a las 16.40 horas; cuatro horas antes de que el Gobierno autonómico enviara la alerta a los teléfonos móviles.
La cobertura informativa de À Punt. Presidencia de la Generalitat tiene decenas de asesores y trabajadores del servicio de prensa y comunicación. Parte de ellos se dedican a monitorear constantemente lo que se dice del presidente y de la institución en su conjunto, con especial atención a la televisión pública valenciana. El 29 de octubre, los servicios informativos de À Punt hicieron una extensa cobertura del temporal, con conexiones en directo y entrevistas a, entre otros, el alcalde de Utiel, que a las 14.15 alertó sobre la situación de su municipio, o al subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, que a las 15.12 horas explicó la situación desde el Centro de Emergencias de l'Eliana. “Estamos haciendo seguimiento de todos los barrancos”, indicó Suárez, que estaba de vacaciones y tuvo que incorporarse rápidamente al gabinete de crisis. Cualquier persona que estuviera viendo la televisión pública o siguiendo sus redes sociales podría ser consciente de la situación de gravedad que se estaba viviendo en las comarcas valencianas. Cuando se grabó la entrevista con Suárez, el presidente Mazón ya había salido del Palau para irse a comer. No llegaría al Cecopi hasta cinco horas después.
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