Los bulos y falsedades sobre la DANA de València: de los “cientos” de cadáveres de Bonaire a la demolición de los pantanos
El desconcierto tras la riada causada por la DANA, que deja ya más de 200 víctimas mortales, se ha convertido en un perfecto campo de cultivo para la difusión masiva de bulos y desinformación a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería como WhatsApp. La propagación de estos mensajes, que puede crear falsas alertas de seguridad y atemorizar todavía más a la población ante circunstancias ya muy difíciles, alarma a las autoridades, que se han afanado en desmentirlas para evitar su propagación.
elDiario.es resume a continuación algunos de los principales bulos difundidos en los últimos días en relación con la DANA:
No había miles de cadáveres en Bonaire. Uno de los puntos críticos en la búsqueda de víctimas de la tragedia son los aparcamientos subterráneos. En los últimos días, las miradas se dirigieron al centro comercial Bonaire, en Aldaia, cuyo nombre ha resonado como uno de los escenarios más trágicos de la catástrofe después de que en las redes sociales circularan mensajes que hablaban, sin pruebas, de la existencia de cientos o miles de muertos con el objetivo de generar miedo y caos.
“En el parking de Bonaire hay muchos cuerpos, muchos cuerpos. Muchos”, escribió Iker Jiménez, que cuenta con más de 800.000 seguidores en X. Otros usuarios aludían a supuestas declaraciones de miembros de la UME que habían afirmado que el parking era un “cementerio” o que iban a aparecer “miles” de cadáveres. Durante este domingo y el lunes, diferentes dotaciones de bomberos y policías llevaron a cabo labores para vaciar el parking subterráneo del centro de toda el agua —hasta 200 millones de litros—, revisaron todos los vehículos y no hallaron víctimas. No obstante, durante este martes está previsto que se continúen los trabajos dado que todavía hay alrededor de un metro de agua en la superficie. En todo caso, parece descartado que en ese lugar vayan a localizarse cientos de cadáveres, como alertaron los difusores de bulos.
El Gobierno no ha demolido cuatro pantanos. Con la riada, de la Comunitat Valenciana, la extrema derecha ha vuelto a recurrir a uno de sus tradicionales bulos para señalar que al menos buena parte de lo sucedido se debe a la “criminal voladura de presas” destinadas a contener el agua en caso de posibles riadas.
La realidad es que en la Comunitat Valenciana no se ha eliminado recientemente ninguna gran presa con capacidad de acumular y regular el caudal. Solo hay tres demoliciones en las últimas dos décadas y se trata de azudes: barreras de unos pocos metros que no retienen agua, solo la embalsan hasta que el río los desborda y continúa su cauce. Estos azudes se han demolido porque, al estar en desuso, provocan riesgos en la seguridad. César Rodríguez, secretario general de la asociación AEMS Ríos con vida, explicó en una entrevista en RTVE que la demolición de presas es un “bulo absurdo sin fundamento”.
El radar de València funcionó “sin ningún tipo de problemas” durante la DANA. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha desmentido el bulo sobre que el radar que monitoriza las lluvias en València no funcionaba el pasado martes 29 de octubre de 2024, cuando se produjeron las mayores precipitaciones en la provincia. El bulo se propagó a partir de un vídeo difundido el 25 de octubre en el que un usuario denunciaba que ese radar no funcionaba y de las consecuencias que ese hecho podría tener.
“El radar de Valencia, clave para la vigilancia meteorológica, ha estado funcionando desde la mañana del 28 de octubre de manera ininterrumpida”, difundió la agencia en un mensaje en su cuenta de X. En ese mismo mensaje también anunciaba que un rayo “dañó la línea eléctrica” que alimenta el radar, pero que en situaciones de emergencia se pone en marcha con “un sistema de alimentación alternativo provisional”. Las capturas de pantalla del radar de la Aemet muestran que estuvo activo durante esa jornada.
El 112 no se cayó ni se puso en marcha un teléfono alternativo. El desconcierto durante las primeras horas después de la riada también dio lugar a la difusión de un sinfín de bulos y rumores. Entre ellos, que el 112, el teléfono de emergencias de la Comunitat Valenciana se había colapsado y no estaba operativo. De hecho, algunos usuarios llegaron incluso a difundir un número alternativo.
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, desmintió esa información. “El 112 no está colapsado. Si no conseguís contactar a la primera, insistid. Por favor, no difundáis bulos: el 112 no ha caído”, publicó en su cuenta de X en la misma noche del martes.
No se han encontrado decenas de cadáveres en el túnel entre Alfafar-Benetússer. Otro de los bulos malintencionados difundidos en las redes sociales es el relativo al paso inferior que conecta las localidades de Benetússer y Alfafar. Algunos perfiles difundieron mensajes, que cuentan con miles de interacciones, que aseguran que en ese túnel se localizaron “45 personas sin vida”.
Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil y del cuerpo de Bomberos que participaron en el operativo de retirada de vehículos confirmaron al diario Levante-EMV que no se halló ninguna víctima mortal y que, a pocos metros de este punto, rescataron con vida a una mujer que llevaba tres días atrapada en el interior de su vehículo.
No se multaron coches de voluntarios en Picanya. El Ayuntamiento de Picanya, uno de los puntos negros de la tragedia, también se ha afanado en los últimos días en desmentir bulos “infundados y maliciosos” difundidos “especialmente vía WhatsApp”. Entre ellos, el de que el consistorio multó a voluntarios que aparcaron en las inmediaciones del municipio, que se viralizó a partir de la fotografía de un vehículo de la policía local situado a las afueras de la localidad.
En un mensaje en la red social X, el Ayuntamiento explicó que el vehículo en cuestión “fue destruido por la inundación” en una de las calles de la localidad “mientras los agentes se jugaban la vida para ayudar a los vecinos” y que no se había denunciado ni retirado ningún vehículo de voluntarios.
No era la escolta de los reyes o Sánchez, sino la policía local de Madrid que había ido a ayudar. La llegada de Felipe VI y Letizia al epicentro de la destrucción causada por la DANA, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al de la Generalitat, Carlos Mazón, también abonó la difusión de varios bulos. Así, se hizo viral un vídeo en el que se ve una fila de coches junto a mensajes en los que se afirmaba que era la escolta del monarca y del jefe del Ejecutivo entrando en Valencia. “La escolta del rey y de Sánchez” o “miren la protección que traen el rey y Sánchez que vienen juntitos”, eran alguno de esos mensajes.
La plataforma de verificación Newtral acreditó que se trata de un bulo y que eran coches de la Policía Municipal de Madrid trasladados a València para ayudar con las labores de la DANA. “Es nuestro convoy, esta mañana, saliendo para sus correspondientes destinos”, confirmaron fuentes del Ayuntamiento de Madrid, que indicaron que los municipios a los que prestarán ayuda sus agentes son “Torrent, Massanassa, La Torre, Alfafar y Sedaví”. “La Policía Municipal de Madrid no ha ido allí a ser escolta de nadie, sino a ayudar en los municipios”, incidieron a Newtral estas mismas fuentes. También el Ayuntamiento de Picanya desmintió que sus agentes hubieran despejado las calles del municipio para “escoltar” a la comitiva.
La DANA no es “un ataque meteorológico HAARP”. Otro de los bulos que han circulado por redes sociales en los últimos días es que la riada de València es consecuencia de un ataque meteorológico HAARP, un proyecto que investiga las particularidades de la ionosfera, la capa más externa de la atmósfera terrestre que actúa como escudo protector.
La plataforma de fact-checking Verificat informa de que este programa no tiene capacidad para afectar directamente al clima ni determinarlo. Y eso ocurre por dos factores. Por un lado, porque fenómenos climatológicos como esta DANA no se forman en la ionosfera, que está ubicada a partir de los 80 km de altura, sino mucho más abajo, en la troposfera y la estratosfera. Por otro, porque los cambios que el proyecto puede generar en la ionosfera no duran más de 10 segundos, un lapso de tiempo insuficiente para provocar ningún efecto importante.
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