La nueva Valencia aconfesional de Ribó enciende la polémica
La nueva Valencia aconfesional que pretende implantar el nuevo alcalde de Valencia, Joan Ribó (Compromís), ha echado andar envuelta en las polémicas que toda novedad en asuntos sensibles como el religioso genera. Las críticas le han llegado especialmente desde el PP a través de las redes sociales.
La primera controversia tuvo lugar a cuenta de la festividad del 9 de Octubre, cuando el primer edil anunció que la Senyera no entraría al Te Deum, la misa que empezó a oficiarse en la Catedral desde la llegada de los populares al poder: “Se trata de una procesión cívica y civil y por tanto el símbolo de todos los valencianos debe seguir un recorrido sin connotaciones religiosas”, argumentan desde Alcaldía.
Otra de las medidas que más ha dado que hablar ha sido la retirada de los símbolos católicos de las capillas del tanatorio y crematorio municipal con el objetivo de que sean los familiares del difunto los que elijan la simbología en función de sus creencias.
Al respecto, las mismas fuentes han justificado que se trata de “ampliar y garantizar los derechos de todos los ciudadanos” independientemente de su religión o creencia.
En su momento, desde el PP denunciaron que se iban a eliminar todos los símbolos religiosos del cementerio, algo que no se ha producido.
La última novedad en forma de cabalgata real alternativa quizás ha sido la que más revuelo ha causado.
El pasado domingo 3 de enero, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, recibió en el Ayuntamiento a las 'reinas magas' Libertad, Igualdad y Fraternidad tras la cabalgata laica incluida en la 'Semana de la infancia', una celebración que organizó la Societat Coral El Micalet basada en un desfile realizado durante la II República en 1936 y 1937 para distraer a los niños de los horrores de la guerra.
Ante las duras críticas lanzadas desde el PP y Ciudadanos al entender que se había intentado eclipsar la auténtica cabalgata de Reyes Magos por su connotación cristiana, desde Alcaldía justifican el acto explicando que fue una iniciativa de carácter privada organizada por una entidad cívica en la que el alcalde Ribó se limitó a recibir a sus protagonistas, como la semana anterior había recibido a 200 cristianos de la comunidad Taizé.
De esta forma, las mismas fuentes insisten en que ni se ha eliminado ni se eliminirá ninguna fiesta religiosa que tenga raíces propias, y tampoco se modificarán en lo ensencial.
De hecho, la tradicional Cabalgata de Reyes organizada por el Ayuntamiento se celebró con toda normalidad, con todas sus escenas religiosas. Tan solo, comentan, se cambiaron los animales reales por personas disfrazadas.
En cuanto a novedades o cambios en futuras fiestas, han asegurado que no hay nada establecido y que se analiza en cada momento lo que es más adecuado, pero han asegurado que tanto los actos falleros como la Ofrenda como las precesiones de la Semana Santa Marinera, lejos de quitarles protagonismo, se van a potenciar por su importancia y tradición.
