El candidato valenciano de Vox, tras conocerse que fue condenado: son hechos privados de hace décadas “carentes de relevancia política”
El catedrático Carlos Flores Juberías, candidato de Vox a las próximas elecciones autonómicas, ha salido al paso de las informaciones publicadas este jueves por el diario Levante-EMV que apuntan que Flores fue condenado en 2002 por la Audiencia Provincial de València por un delito de “violencia psíquica habitual” y 21 faltas de coacciones, injurias y vejaciones contra su expareja, unos hechos que, según la sentencia, provocaron un “quebranto psicológico”.
Según el candidato de la formación de extrema derecha en la Comunitat Valenciana, esta información “se enmarca en un proceso de separación conyugal suscitado hace veintitrés años, que devino conflictivo por la existencia de desacuerdos respecto de la custodia y el domicilio de los tres hijos menores de edad habidos en el matrimonio”.
A consecuencia de esa “conflictividad”, sostiene, se produjo un “intercambio de denuncias mutuas que, una tras otra, fueron archivadas o se saldaron con sentencias absolutorias, con la única excepción de la recaída en fecha 15 de abril de 2002, que resultó condenatoria”.
Dicha sentencia, prosigue, lo fue por violencia psíquica, “jamás hubo ni siquiera una acusación de otro tipo de violencia”, y se tradujo en una pena privativa de libertad y una multa, una pena cuyo cumplimiento “resultó suspendido por no haber delinquido nunca ni antes, ni después de aquel momento, con la consecuencia de que a día de hoy carezca de antecedentes de ningún tipo”.
“Soy el primero en lamentar el dolor causado en aquellos momentos a mis seres queridos –el padecido por mí solo a mí me concierne– y también el primero en alegrarme de que todos hayamos dejado atrás aquel desafortunado episodio de nuestras vidas sobre la base del respeto mutuo”, reconoce.
Y concluye Flores Juberías: “También soy el primero en entender que nuestro ordenamiento jurídico no contempla ni puede contemplar penas de por vida o de duración indeterminada, y menos para quienes han hecho de la defensa de nuestro régimen de derechos y libertades la razón última de su vida pública. Y en rechazar todo intento de utilización con fines partidistas de unos hechos acontecidos hace ya dos décadas en la esfera privada y enteramente carentes de relevancia política”.
0