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El cardenal Cañizares considera “humillante” la limitación de asistentes a las celebraciones de misas por la pandemia

Toni Cuquerella

15 de febrero de 2021 09:13 h

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Al cardenal Antonio Cañizares no le gustan las limitaciones de aforo en la asistencia a los templos para la celebración de misas como medida de prevención de contagios de la Covid-19. El arzobispo de València afirma que “algunos gobiernos autonómicos se están pasando, y mucho, en cuanto a libertad religiosa se refiere, al rebajar de manera humillante los números permitidos para participar en los templos, en las celebraciones de la Santa Misa”.

Ane esta situación afirma que “aunque no sea políticamente correcto el denunciarlo, creo que ha llegado la hora en que no se puede callar por más tiempo”, de este modo considera que las limitaciones son “números incluso ridículos, a todas luces arbitrarios, injustos, irrisorios e irrazonables en algunas Comunidades Autónomas”, y que se han aprobado “sin contar con la Iglesia”. Por ello Cañizares se llega a preguntar “¿No se estarán poniendo trabas a un derecho fundamental e inalienable?”.

Ante esta situación el purpurado ha hecho una paralelismo con los primeros cristianos, señalando que “los perseguían, y los eliminaban por desobedecer leyes civiles del Gobierno del Imperio Romano porque el gobierno del Imperio consideraba aquello, es decir, las reuniones dominicales, que eran subversivas, ponían en riesgo o peligro la paz social, el orden público, y así perseguían las reuniones dominicales; pero los cristianos se mantenían fieles a su conciencia y a su Señor y continuaban celebrándolas, aunque fuesen perseguidos, llevados al martirio”.

No obstante Antonio Cañizares reconocía que el domingo anterior, a la misa de las 12 del mediodía en la Catedral de Valencia“ no llegaba ni por asomo al aforo mínimo permitido”, por lo que “sentí una gran pena y me invadió un dolor y tristeza grande; casi me puse a llorar”. Además el arzobispo añadía que era la tónica de los últimos domingos, y que está sucediendo en la mayoría de las iglesias de la diócesis. ¿Su explicación? “la gente tiene miedo a contagiarse y a contagiar”, por lo que exhortaba a los fieles: “¡No tengamos miedo! Al contrario, necesitamos de la Eucaristía”.