Alberto Fabra, el presidente de la Generalitat, puede presumir de liderazgo en al menos un caso: el tamaño de los ajustes de su sector público empresarial. Según los datos del Ministerio de Hacienda, la administración valenciana es la que más ha recortado su sector público empresarial: gasta 1.400 millones de euros menos (un 35% del total ahorrado en España) y ha despedido a 3.600 trabajadores, más que Castilla-La Mancha (3.300 empleados menos).
El tijeretazo, en cumplimiento del plan dictado desde Madrid, se está llevando por delante a gigantes como Canal 9 – la única televisión autonómica pública cerrada en España- y a muchas de las empresas, entidades o fundaciones creadas al abrigo de la Generalitat desde que gobierna el PP, a partir de 1995. Concretamente, 28, caso de, por ejemplo, el Instituto Valenciano de la Vivienda. Y aún falta: el ajuste, según las cifras de la Conselleria de Economía en enero, aún está al 60%. La Fundación V Encuentro de las Familias, activa siete años después de la visita de Benedicto XVI, debería ser de las próximas en caer.
Despidos a mansalva
Los despidos masivos también han mutilado de manera notable a muchas empresas públicas que siguen en pie, casos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Vaersa, una empresa dedicada al medio ambiente o Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana. El objetivo, dada la situación cercana a la quiebra de la Generalitat, se está consiguiendo. En 2013, el Consell sólo prevé gastar 1.200 millones en su sector público, la mitad que en 2011.
Sin financiación a la vista
El esfuerzo del Consell en recortar no se traduce, sin embargo, en una situación financiera más holgada. El déficit sigue descontrolado, y pese a los intentos de Fabra por conseguir más dinero de Madrid, la nueva financiación autonómica parece una quimera a corto plazo. Sencillamente, sin más dinero, la Generalitat apenas puede pagar a los funcionarios y atender las obligaciones contraídas con la ciudadanía en sanidad y educación.