Ciudadanos ha concluido la purga de los concejales elegidos en las elecciones municipales de mayo que no han cumplido las directrices de la comisión de pactos del partido. De los 16 ediles expulsados, 10 son valencianos. Y ocho, la mitad, han sido sancionados por apoyar a Compromís, el partido liderado por Mónica Oltra.
La cúpula del partido de Albert Rivera no dejó libertad a sus cargos para pactar. Bien al contrario, cualquier acuerdo postelectoral debía respetar tres condiciones: dar preferencia a la lista más votada; no participar en gobiernos presididos por otros partidos y obviar cualquier tipo de entente con formaciones calificadas de nacionalistas. Compromís, que ha sido tachado de “pancatalanista”, ha sido atacado por tierra, mar y aire por Ciudadanos.
A pesar de ello, hasta ocho concejales apoyaron con sus votos a alcaldes de Compromís o gobiernos de este partido. Todos han sido expulsados: dos ediles en Santa Pola (Alicante) y otros tantos en Torreblanca (Castellón) y Vilamarxant (Valencia) por apoyar coaliciones encabezadas por el PSPV-PSOE con presencia de Compromís. Una en La Font de la Figuera (Valencia) por respaldar al alcalde valencianista. Y otro en L’Alcora, que fue expedientado cuando manifestó su voluntad de unirse a socialistas y Compromís para desalojar de la alcaldía al PP.
En todos los casos, Ciudadanos ha solicitado a sus ayuntamientos que, de acuerdo con la Ley de bases del régimen local, sean relegados al grupo municipal de los no adscritos y “pierdan sus derechos políticos y económicos”. Según el partido dirigido por Carolina Punset en la Comunitat Valenciana, la ley, aunque estén integrados en el gobierno municipal, impide que cobren más que un concejal de la oposición.
Además de los ocho expulsados por pactar con Compromís, otros dos ediles han sido apartados del partido. Uno en Turís por negociar cargos y otro en Bétera.