La pandemia provocó un aumento de las investigaciones y publicaciones académicas, pero no fue equitativa en su distribución por géneros. La brecha de género en las investigaciones también se agravó y fue especialmente relevante durante la llamada primera ola, cuando el confinamiento domiciliario permitió a parte de los académicos trasladar sus estudios a las revistas científicas.Un estudio liderado por la Universitat de València apunta que la diferencia en publicaciones en revistas académicas, pieza clave en la investigación, fue de hasta el 50% entre hombres y mujeres, según las disciplinas.
El estudio en el que participan los investigadores valencianos Francisco Grimaldo y Daniel García es el más amplio hasta la fecha sobre brecha de género académica durante la Covid19 y analiza 2.329 revistas de la plataforma Elsevier, con 4,5 millones de artículos científicos de 5 millones de investigadores. La principal hipótesis de los investigadores es que los cuidados familiares, que recaen mayoritariamente sobre las mujeres, han interferido en su desarrollo académico.
“Las científicas jóvenes fueron las que principalmente se encargaron del cuidado de la familia y las responsabilidades del hogar, donde pasaron una mayor cantidad de tiempo de acuerdo con los datos de Google Mobility, con lo que tuvieron menos tiempo para desarrollar sus investigaciones”, apunta Grimaldo. Otras investigaciones realizadas durante la pandemia han apuntado en la misma dirección: los varones han podido engordar sus currículums, las mujeres sus niveles de estrés y ansiedad. Con el aumento de los trabajos científicos, publicados o no, también aumentaron las correcciones. “Sin embargo, aquí no se ha constatado diferencia entre géneros, lo que viene a decirnos que las mujeres siguieron manteniendo su vocación de servicio a la comunidad científica”, indica.
El trabajo destaca que esta brecha supondrá una importante diferencia en las carreras académicas de las mujeres, que parten de una posición desigual respecto a sus compañeros varones. La merma de publicaciones será una merma en sus currículums y en sus posibilidades como investigadoras. “En los próximos años podríamos ver cómo el camino iniciado en los primeros meses de 2020 daría más frutos en la carrera de muchos hombres, no así en la de las investigadoras y científicas que se vieron obligadas a hacerse cargo de otras tareas que, se supone, son compartidas”, insiste el ingeniero informático, investigador principal del estudio. Ellos agrandarán su carrera laboral, ellas seguirán por detrás.