Hay una ciudad flotante y otra subterránea. La flotante es una especie de Matrix, por utilizar las palabras del propio Rogelio López Cuenca, que impide ver la otra. La subterránea, por cuanto se halla tapada por el “mundo del espectáculo, del entretenimiento y del ocio”, sólo emerge si se realiza cierta labor de “arqueología” o “psicoanálisis” de la ciudad oculta. Que es lo que ha hecho el artista malagueño, junto a nueve estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Valencia. El resultado se puede ver en la Galería 6 del IVAM, donde se presentaron esos contramapas o cartografías del territorio ajeno a los itinerarios programados por las instancias oficiales.
Radical Geographics, que es como Rogelio López Cuenca ha denominado el conjunto, juega poéticamente con esos dos registros de la ciudad: “Funciona como metáfora del propio proyecto”, explicó el artista. Remite por un lado a la revista National Geographic, “exitoso ingenio multimedia” que “reproduce y difunde un poderoso imaginario colonialista”, tal y como subrayó Teresa Millet, comisaria de la exposición. Y apunta por otro lado a esa “geografía crítica o radical” con la que López Cuenca pretende desvelar lo que Matrix esconde.
De manera que el mapa (no oficial) de Valencia mostrado en el IVAM, nada tiene que ver con el que recibe el turista en las oficinas de información municipal. Lo mismo sucede con el resto de itinerarios o constelaciones recogidos en el proyecto de López Cuenca: Lima, Valparaíso, México DF, Barcelona… En todos ellos, la “maquinaria de aplastamiento de las ciudades por parte de las políticas neoliberales”, va dejando paso a toda una serie de geografías críticas surgidas, según afirmó el artista, “de la reacción en contra de ciudadanos insatisfechos con esas políticas”.
Radical Geographics, que quiere funcionar “a modo de manuales de desorientación” (Millet), recoge en un gran mapa en proceso las diversas entradas y salidas por las que se puede acceder a la ciudad de Valencia. “No existe ni lugar ni dirección privilegiada desde donde leerlo ni cómo recorrerlo”, señaló la comisaria, de manera que tan pronto salta a la vista el Cabanyal, Salvem el Botànic, el accidente del Metro, las Fallas, los desahucios o el solar del propio IVAM, como un grupo de rock alternativo, determinados movimiento de defensa de la huerta, o el propio alcalde Joan Ribó manifestándose aburrido por el tema de las banderas.
“El arte permite hacer cosas que en la Academia no se pueden hacer”, apuntó López Cuenca, al tiempo que se preguntaba: “¿Esto es historia, geografía, poesía?” Sea lo que fuere, lo cierto es que Radical Geographics, en la era de Internet, termina ocupando cierto lugar oficial dentro del carácter contestatario que predomina en las redes sociales. De manera que la Valencia oficial, expulsada de la Galería 6 del IVAM, tiene como reverso la Valencia alternativa que allí se expone como territorio que sale naturalmente a flote.
Las “voces de las multitudes” que en ese gran mapa (no oficial) de Valencia aparecen, “como una red de resistencia contra el saqueo de lo común” (Millet), eclipsan ya en cierto modo la política basada en los “arquitectos estrella”. Lo cual, según López Cuenca, es reflejo de esa “reacción en contra” o carácter “revanchista” de los sufridos ciudadanos frente a los más satisfechos en Matrix. El gran panel donde se recoge toda esa geografía crítica en continuo proceso “se podrá ver posiblemente en una página web”, concluyó Millet.