Después del libro: el ensayista Gustau Muñoz recopila sus notas de lecturas
El ensayista Gustau Muñoz (València, 1951) ha reunido en Després del llibre. Notes sobre llibres, història i cultura (Ediciones de la Universitat de Barcelona, 2023) sus columnas a modo de dietario de critica literaria. Colaborador de elDiario.es, Muñoz se ha convertido en uno de los principales reseñistas de la producción editorial valenciana, entre muchos otros asuntos de interés, en los últimos años con su espacio 'Notes de lectura'. Sin ir más lejos, su última columna repasa, con la erudición marca de la casa, la trayectoria del escritor Jorge Semprún en el centenario de su nacimiento.
El volumen, de reciente publicación, trata de responder a la pregunta que planteó George Steiner en 1972: “¿después del libro, qué? ”Todo el libro es una respuesta amplia porque, efectivamente, había muchos pronósticos sobre su futuro problemático después de una serie de transformaciones en la estructura comunicativa básicamente pero lo que encontramos es una industria editorial pujante y una oferta de libros poderosa“, responde el veterano ensayista, traductor y editor.
Muñoz alude a las observaciones de Umberto Eco: “El libro es un objeto tan útil como pueden ser la silla, el vaso o la botella”. “Todos aquellos objetos inventados hace mucho tiempo por el hombre que han sido rediseñados pero no han sido sustituidos porque son muy útiles y necesarios para la vida”, apostilla.
La obra, con especial énfasis en el ensayo, transmite el placer de la lectura y el reposo que ofrece el tacto del papel (“¿Qué es la verdad en tiempos mediáticos en los que importa lo que se dice de un libro públicamente, y no lo que hay dentro de un libro que se lee en privado, en el silencio de cada cual?”, se preguntaba el novelista Rafael Chirbes en el primer tomo de sus diarios). “La transmisión del saber puede tener muchos conductos pero el libro es un canal privilegiado y sólo hace falta ver la realidad de la industria editorial en el mundo”, afirma Gustau Muñoz.
El País Valenciano ha consolidado en los últimos años un sector editorial cada vez más potente aunque relegado sistemáticamente a un segundo plano. “El panorama editorial valenciano”, explica Muñoz, “es un proceso ascendente partiendo de una situación bastante negativa, que evoco en uno de los capítulos del libro y que era prácticamente lo que había entre los años cincuenta y sesenta en el País Valenciano”.
El autor alude a 1962 ( el año ineludible en que se publicó Nosaltres els valencians de Joan Fuster) como un “punto de ruptura importantísimo” en el cual “arranca la modernidad” en el País Valenciano.
¿Qué puede hacer un país y una cultura sin editoriales? “Con el paso del tiempo se ha producido un estallido de actividad editorial que tiene muchos retos por delante para consolidar grupos editoriales e iniciativas”, sostiene Muñoz, quien observa un “fraccionamiento excesivo” a modo de “síntoma de vitalidad”.
“La oferta editorial valenciana es amplísima y muy alentadora a pesar de que, efectivamente, uno de los problemas que tiene es la escasa visibilidad a través de la crítica literaria y de los medios de comunicación. Hay mucho camino que recorrer, también desde el punto de vista empresarial y de la difusión para llegar al público”, explica el ensayista.
La cartera autonómica de Cultura recayó en el extorero Vicente Barrera con la conformación del Ejecutivo valenciano de PP y Vox. ¿Una estocada a la cultura valenciana? “En principio, no debería afectar de ninguna de las maneras porque, entre otras cosas, el mundo editorial valenciano es una industria, son empresas, puestos de trabajo y creación de riqueza que generan valor añadido”.
“Atacarla”, sostiene Gustau Muñoz, sería un “desastre desde el punto de vista de la discriminación ideológica y un atentado contra la cultura, la economía y la vida civil”. “Contra la democracia, en definitiva”, apostilla.
“Podemos esperar cualquier cosa porque los síntomas que hemos visto, los avisos que hemos tenido (como en las corridas de toros, que hay tres avisos antes de llevar al toro al corral) nos ponen en guardia”, afirma. “Podría haber una gran discriminación ideológica pero estaremos en guardia y creo que debe haber una movilización social importante para evitar una barbaridad de estas magnitudes. El sectarismo ideológico no puede prevalecer”, concluye.
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