Un duelo en vísperas de la guerra
Con los tanques apunto de ponerse en marcha para atacar a los alemanes, el filósofo Sigmund Freud y el escritor de la saga 'Crónicas de Narnia' C.S. Lewis se ponen a hablar. Su diálogo transita de un tema al otro. El sexo, la vida, la muerte, el humor... Ningún tema de importancia se les escapa.
Es un duelo dialéctico, ya que son dos personajes a las antípodas ideológicamente. Y para muestra, su discusión sobre la religión. Freud no cree en dios, mientras Lewis es profundamente cristiano. Un enfrentamiento ficticio con la palabra como arma que acoge desde el Teatro Principal de Valencia.
La obra de teatro está promovida por la Universidad Internacional de la Rioja. De hecho, el director de la sección de teatro de la universidad, Ignacio Amestoy, al verla en Nueva York le propuso a la británica Tamzin Townsend -“por sus aptitudes y su condición nacional era la idónea”- dirigir la obra en España. Y ella no dijo que no. Al contrario, la directora, conocida por la obra 'El método Gronholm', “se sintió encantada”.
Bajo el titulo “La sesión final de Freud”, se recrea un debate entre estos dos personajes opuestos. Más cuando el escritor hizo una caricatura desafortunada del filósofo. Y se sospecha que este encuentro inicialmente irreal -que en la función se realiza a 20 días de la muerte del médico hecho filósofo-, se podría haber producido. Lewis es encarando por el actor Eleazar Ortiz y Freud por Helio Pedregal.
“No es un ladrillo filosófico, sino que es un debate sobre lo importante”, afirma este último. “Y para hablar sobre lo importante, se busca el humor. Que es la mejor arma para debatir, para viajar hasta los confines del hombre y abordar los dramas”, defiende, para expresar: “El humor es la manera de alejar el terror”. Una frase proclamada en referencia a los atentados de París. Es más, según el actor, lo obra tiene que mucho que ver con los conflictos bélicos. No en vano, está ambientada en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en cuando Francia e Inglaterra declaran la guerra a Alemania.
“Invito a los señores Rajoy, Sánchez, Rivera, Iglesias, Garzón y Herzog a un pase privado de la sesión. Así aprenderán a hacer un debate sin destruir al otro”, censura Pedregal. Un diálogo sobre la vida, pero anclado a la realidad. Aunque cubierto de un barniz de humor corrosivo con el que atrapar, en especial, al público más joven y más alérgico al teatro. Un debate constructivo, lleno de pensamiento profundo, pero expresado con humor inteligente.