Decidirse, y más cuando hablamos de comida, siempre es complicado. Pero lo es aún más cuando tenemos delante de nosotros un abanico inacabable de opciones y posibilidades que con menús calcados. ¿Cuál será el bueno de todos estos restaurantes, que parecen iguales? El paseo marítimo de Valencia es uno de esos sitios donde nos pasará seguro y, aunque ya os adelanto que sí que hay buenos locales, hoy gastaremos el comodín del barrio y nos alejaremos de la playa.
¿Y adónde nos lleva? Al barrio marinero para comer cocina del mar, que de eso se trata si estábamos por la playa. Giraremos la vista, dejaremos atrás el ataque de los clones gastronómicos y nos adentraremos en el Cabanyal. Pasearemos por un entramado urbano como no encontraréis en otra parte de la ciudad, admiraremos sus casas y bueno, para eso estamos aquí, pondremos rumbo a un lugar muy especial.
“De tot un poc” no es el único lugar en el que se come bien en el Cabanyal –un barrio gastronómicamente singular y que posee su propio recetario-, pero sin duda es uno de sus mejores escondites. En el Carrer de la Barraca encontraremos este pequeñísimo local (apenas cuatro o cinco mesas) al que vale mucho la pena entrar.
Se empieza con unas bravas de vicio, clóchinas y tellinas, croquetas de bacalao, ajoarriero, anchoas o sepia sucia. ¿Con todo eso? Bueno, depende del hambre, pero se pueden probar muchas cosas, porque hay posibilidad de pedir medias raciones en casi todos los platos. Luego, atún con pisto (como no podría ser de otra forma), pescados o carne trinchada hecha como toca. Y, por supuesto, los arroces, entre los que hay dos que destacan: un senyoret de libro (sí, es un arroz mainstream, pero sigue siendo difícil encontrar un sitio en el que lo hagan realmente bien) y la paella de boquerones y espinacas, que no sólo es muy económica sino que está buenísima. Y también, os lo aseguro, es genuinamente valenciana y justo lo opuesto a un #paellafail, pese a lo que digan algunas webs gastronómicas en las que parece que no se enteran mucho del asunto.
Os quedará sitio para el postre (que suele variar pero siempre está bueno), porque en De tot un poc son honestos y os dirán si os estáis pasando con la cantidad mientras pedís. Un último consejo: escuchad a Jose cuando os sugiera un vino. Busca un precio ajustado y siempre sorprende.
Y bueno, como os dije la semana pasada: a veces lo mejor de ir a comer es que después puedes pasear por un entorno único. El Cabanyal, como l’Horta, lo es: aprovechadlo y la comida os sentará aún mejor.
De tot un poc
Calle Barraca, 20 El Cabanyal (Valencia)
Valencia
+ 963 671 168
Decidirse, y más cuando hablamos de comida, siempre es complicado. Pero lo es aún más cuando tenemos delante de nosotros un abanico inacabable de opciones y posibilidades que con menús calcados. ¿Cuál será el bueno de todos estos restaurantes, que parecen iguales? El paseo marítimo de Valencia es uno de esos sitios donde nos pasará seguro y, aunque ya os adelanto que sí que hay buenos locales, hoy gastaremos el comodín del barrio y nos alejaremos de la playa.
¿Y adónde nos lleva? Al barrio marinero para comer cocina del mar, que de eso se trata si estábamos por la playa. Giraremos la vista, dejaremos atrás el ataque de los clones gastronómicos y nos adentraremos en el Cabanyal. Pasearemos por un entramado urbano como no encontraréis en otra parte de la ciudad, admiraremos sus casas y bueno, para eso estamos aquí, pondremos rumbo a un lugar muy especial.