Este blog pretende transmitir reflexiones sobre música, literatura, arte, pensamiento y cultura en general, sin eludir la dimensión política. Trata de analizar la realidad, especialmente cuando, como ocurre con frecuencia, supera la ficción.
Los timbales delante y el techo por los aires

“El silencio entre las notas es tan importante como las notas mismas”. Lo dijo Wolfgang Amadeus Mozart y no hay nada más cierto. Muchos quizá piensan que la música es una combinación de sonidos. En realidad, la definición no está completa si no decimos que es una combinación de sonidos y silencios. La correcta emisión de los sonidos depende del escrupuloso respeto de los silencios. Nada resulta peor en un concierto que el hecho de que un músico invada indebidamente un silencio entrando cuando no le corresponde.
Muchos aficionados a la música tienden a valorar menos los instrumentos de percusión que otros de la orquesta sinfónica. Es un error. Todos los instrumentos son importantes, y la percusión es decisiva, entre otras cosas porque los percusionistas suelen intervenir como solistas. Por la naturaleza de su cometido tienen largos silencios, con lo que deben ser extraordinariamente precisos en la interpretación. Un golpe de timbal en el momento inadecuado puede arruinar una sinfonía. No es sorprendente que grandes directores de orquesta, como Josep Vicent o Gustavo Gimeno, sean percusionistas. Este último, que acaba de volver a dirigir la Orquestra de la Comunitat Valenciana en un concierto sinfónico, se hará cargo de la dirección musical del teatro Real de Madrid a partir de la temporada próxima.
Viene todo esto a propósito de los conciertos que ofreció el timbalero Javier Eguillor los pasados 23 y 24 de enero en el teatro Monumental de Madrid para interpretar el Concierto para timbales y orquesta, Raise the Roof (Levanta el techo) de Michael Daugherty con la Orquesta Radiotelevisión Española dirigida por Nuno Coelho. Y también de su intervención como solista, junto con el trompetista Pacho Flores, en la interpretación de la obra de este último Albares el pasado 3 de febrero con la Orquestra de València y la de la CV dirigidas por Gustavo Dudamel.
Eguillor es timbal solista de la Orquesta de Valencia desde 2002 y ha estudiado entre otros con el que fue timbalero solista de la Filarmónica de Berlín Rainer Seegers. Ha formado parte de la Joven Orquesta Nacional de España, de la Orquesta Mundial y de la de Joven Orquesta de la Comunidad Europea. Trabaja habitualmente con directores como Esa-Pekka Salonen y Gustavo Dudamel.
Es poco frecuente que un timbalero cambie su lugar habitual al fondo de la orquesta por el de solista en una obra concertante, como en el caso del concierto de Daugherty. Pero Eguillor tiene una amplia experiencia en hacerlo, ya que en 2004 tocó el Concierto para percusión y orquesta de André Jolivet con la OV y en 2012 estrenó en España el Concierto para dos timbaleros y orquesta de Philip Glass. También ha interpretado en varias ocasiones el concierto de Daugherty en su versión con banda sinfónica.
El estadounidense Michael Daugherty, nacido en 1954, es uno de los compositores contemporáneos más interpretados en su país. Tiene un estilo ecléctico con influencias diversas, entre ellas el jazz y la música popular. Está en posesión de seis premios Grammy, incluidos dos de ellos a la mejor composición contemporánea por Deus ex machina, para piano y orquesta (2010), y Tales of Hemingway, para violonchelo y orquesta (2016).
Su Concierto para timbales y orquesta, Raise the Roof, fue un encargo de la Orquesta Sinfónica de Detroit, estrenado en 2003. Requiere un juego de cinco timbales y platillos, y el solista debe utilizar técnicas diversas, como diferentes tipos de baquetas, escobillas o incluso golpear directamente con las manos. La orquesta incluye una nutrida sección de percusión y un piano. La pieza, de unos 20 minutos de duración, consta de un único movimiento, con ritmos y melodías variados que hacen muy amena su escucha. La grabación del concierto, que se ha emitido el sábado 8 de febrero por la 2 de TVE se puede ver y escuchar en la web de RTVE. Eguillor ofreció fuera de programa una improvisación suya y la repetición de un fragmento del concierto, que consiguió, como pide el título, levantar metafóricamente el techo entre los aplausos del público.
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