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Bases para la política cultural valenciana: más formación del talento y más impacto económico de las ayudas
La cultura como medicina, como parte del antídoto para “nuestra recuperación como sociedad”. Esta es una de las ideas lanzadas por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana durante la presentación del Plan estratégico cultural 2021-2023 'Cultura para la recuperación'. El conseller Vicent Marzà y la secretaria autonómica Raquel Tamarit han presentado este martes en el Palau de Les Arts de València, junto con Ramon Marrades, uno de los autores del informe, cuáles van a ser las líneas estratégicas que marcarán la política cultural de los próximos dos años y medio.
La pandemia ha hecho más evidente todavía las debilidades del sector cultural valenciano. En este sentido, las acciones previstas han sido elaboradas tomando como punto de partida esas carencias. “Queremos volver a la normalidad, pero... ¿Qué normalidad? ¿La normalidad de la precariedad? ¿Queremos eso? No, queremos que la cultura sea un elemento esencial”, afirmaba el conseller durante la presentación de este ambicioso plan que quiere generar “un ecosistema cultural que lo impregne todo”.
El plan 'Cultura para la recuperación' se basa en tres líneas de actuación: optimizar los recursos disponibles por parte de Conselleria, poner el foco en la profesionalización de los agentes culturales y creativos con medidas como la revisión del modelo de ayudas y desarrollar una amplia red de apoyo al desarrollo cultural para generar nuevas oportunidades laborales.
En esta hoja de ruta ya hay propuestas específicas como la creación de un Laboratorio Valenciano de Cooperación Cultural (LaVaCC) que estará formado por un equipo de trabajo externo cuyas funciones serán coordinar la cultura en todo el territorio y que estará en contacto “permanente” con la Secretaría Autonómica de Cultura. Otra de las acciones es elaborar un plan para la formación de agentes culturales. “Queremos conseguir al menos ochenta agentes y operadores culturales privados y ochenta públicos que pasen anualmente por procesos de formación”, ha expuesto Ramon Marrades, integrante del equipo que lleva meses elaborando el informe junto a Paloma Medina, Pau Rausell y Chema Segovia, en coordinación con la Conselleria.
Entre las acciones del plan destaca la reconfiguración de las ayudas al sector para implementar su impacto económico y territorial. En los próximos dos años, al menos el 35% de los recursos de Conselleria destinados a ayudas al sector se adaptará a “una nueva fórmula de convocatoria plurianual, no sectorial, por proyecto, orientada a empresas y consorcios”. “En lugar de pedir una ayuda habrá consorcios de diferentes organizaciones que las gestionen y se coordinen con el resto de agentes. Esto no lo estamos inventando aquí, hace años que se hace así en Europa”, indicaba Marrades. También incluyen entre sus objetivos conseguir, antes de 2023, que unos veinte o treinta agentes culturales se presenten a convocatorias europeas e internacionales para que el talento valenciano salte más allá de sus propias fronteras.
No obstante, para alcanzar estos objetivos se encuentra uno de los retos más complicados: atraer al público y generar una oferta cultural diversa. “Queremos más público, pero también más gente haciendo cultura”, enfatizaba el experto cultural. Así, no solo hay planteado un programa de creación, formación y ampliación de público, sino que también se prevé “activar las capacidades y recursos de 1.000 personas ligadas a la creación, al activismo y a la mediación cultural”. Según han avanzado, se pretende articular una red en todo el territorio para “la experimentación de nuevas formas de satisfacción de los derechos culturales de la ciudadanía”, indica el plan estratégico.
El público como parte participativa
Las medidas, tal como ha asegurado el conseller Vicent Marzà durante la presentación, se adecuan a un modelo cultural “más horizontal” que piensa en el público no solo como “mero consumidor”, sino también como “parte activa y participativa del hecho cultural”. “Es por eso que hemos hecho que la inclusión y el equilibrio territorial sean principio irrenunciables”, ha dicho. Sobre el papel de los agentes culturales ha destacado que son “el mayor capital creativo y el plan les dedica una atención prioritaria, ya que forman parte de un complejo sistema de producción” y por ello “hay que propiciar nuevos espacios de expresión”.
“Tenemos la firme convicción de que la cultura es una parte importante de la solución a las secuelas económicas y sociales que ha generado el COVID-19 y, por ello, este plan considera la cultura como parte fundamental para nuestra recuperación como sociedad y actúa sobre tres dimensiones estratégicas: salud y bienestar, inclusión y recuperación económica”, ha señalado Marzà.
La cultura como medicina, como parte del antídoto para “nuestra recuperación como sociedad”. Esta es una de las ideas lanzadas por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana durante la presentación del Plan estratégico cultural 2021-2023 'Cultura para la recuperación'. El conseller Vicent Marzà y la secretaria autonómica Raquel Tamarit han presentado este martes en el Palau de Les Arts de València, junto con Ramon Marrades, uno de los autores del informe, cuáles van a ser las líneas estratégicas que marcarán la política cultural de los próximos dos años y medio.
La pandemia ha hecho más evidente todavía las debilidades del sector cultural valenciano. En este sentido, las acciones previstas han sido elaboradas tomando como punto de partida esas carencias. “Queremos volver a la normalidad, pero... ¿Qué normalidad? ¿La normalidad de la precariedad? ¿Queremos eso? No, queremos que la cultura sea un elemento esencial”, afirmaba el conseller durante la presentación de este ambicioso plan que quiere generar “un ecosistema cultural que lo impregne todo”.