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El PP deja a la oposición fuera del órgano de control de la nueva Canal 9

Si una renegociación no lo remedia, los órganos gestores de la nueva Canal 9 serán de un solo color: el azul del PP valenciano. Los conservadores han votado esta mañana en contra de que los partidos de la oposición elijan a la mitad de los miembros del consejo de administración. Así, el PP ha conseguido que la cúpula de la nueva RTVV sea una balsa de aceite en la que no habrá testigos ni voces discordantes. A cambio, los conservadores se quedan sin la pátina de legitimidad que le daba el apoyo de PSOE, Compromís y EU, que aceptaron participar en el consejo de administración a pesar de la criticada deriva que ha tomado la tele pública, que ha despedido a 1.200 trabajadores y avanza hacia un modelo de semiprivatización.

La negativa del PP supone la ruptura de un pacto entre todos los partidos valencianos, que se hizo público el pasado jueves. PP y oposición habían acordado compartir los ocho puestos del consejo de administración. El PP no tenía por qué hacerlo, porque la ley le permite elegir a todos los miembros del órgano gracias a su mayoría absoluta. Pero los conservadores obtenían a cambio la normalización de la situación de quiebra y remodelación que vive en estos momentos el ente público. Todo parecía, pues, encaminado: la oposición conseguía situar a personas de su confianza en el consejo, y el PP podía presumir de afán de consenso.

El PP, sin embargo, reconsideró su decisión. Sus negociadores decidieron tirar un poco más de la cuerda. Exigieron una contrapartida más al PSOE a cambio de cumplir el pacto: que los socialistas apoyaran a la que será directora general del ente, propuesta por el PP. Se trata de Rosa Biot, una jurista que nunca en su carrera profesional ha trabajado en medios de comunicación. El PSOE puso, a su vez, condiciones para prestar su apoyo. Entre otras, una reducción del ERE en Canal 9. El PP se negó. Y aprovechó la falta de consenso sobre la directora para romper el pacto sobre el consejo de administración.

De pacto a sainete

El resultado de estas idas y venidas de última hora ha sido un sainete parlamentario. Las urnas para elegir a los miembros del consejo de administración y la directora del ente ya estaban en la Mesa de Les Corts, pero ni diputados ni asesores de los diputados sabían qué decisión había tomado finalmente el PP. Cuando se evidenció que los conservadores habían roto el pacto, hubo golpes en la mesa y abucheos. Y se destapó la caja de las palabras grandilocuentes. El PP acusó al PSOE de ser el culpable de la ruptura del pacto. Según el diputado Rafael Maluenda, los socialistas han pretendido hacer un “chantaje” al poner condiciones “de última hora” a su apoyo a la candidata a directora.

Por su parte, los líderes de la oposición salieron en tromba a acusar al PP de falta de pluralismo y de no querer “vigilancia” ni “testigos” en RTVV. El enfado de los partidos de izquierda era doble: se quedan sin representación en el consejo de administración, después de haber mostrado públicamente que estaban dispuestos a participar en él pese a haber criticado el nuevo modelo de ente público que planea el PP. Es decir, la oposición había aceptado un pacto incómodo ante parte de su electorado para, al final, quedarse sin sus representantes en la cúpula de la RTVV. Con estos precedentes, las palabras fueron gruesas. Antonio Torres, portavoz socialista, dijo que lo sucedido era “propio de una dictadura”. Marga Sanz, de EU, habló de “amordazamiento” de la oposición. Enric Morera, de Compromís, habló de “maniobra” y de “perrería”.

Tal y como establece la ley, el jueves se repetirá la votación. Lo previsible es que el PP vote a sus cuatro candidatos. Los otros cuatro serán votados en otra sesión, y también serán propuestos por el PP. Cabe, sin embargo, la posibilidad de que los partidos recompongan el pacto. Será imposible saberlo hasta que, a primera hora del jueves, las urnas vuelvan a estar sobre la Mesa de Les Corts.

Si una renegociación no lo remedia, los órganos gestores de la nueva Canal 9 serán de un solo color: el azul del PP valenciano. Los conservadores han votado esta mañana en contra de que los partidos de la oposición elijan a la mitad de los miembros del consejo de administración. Así, el PP ha conseguido que la cúpula de la nueva RTVV sea una balsa de aceite en la que no habrá testigos ni voces discordantes. A cambio, los conservadores se quedan sin la pátina de legitimidad que le daba el apoyo de PSOE, Compromís y EU, que aceptaron participar en el consejo de administración a pesar de la criticada deriva que ha tomado la tele pública, que ha despedido a 1.200 trabajadores y avanza hacia un modelo de semiprivatización.

La negativa del PP supone la ruptura de un pacto entre todos los partidos valencianos, que se hizo público el pasado jueves. PP y oposición habían acordado compartir los ocho puestos del consejo de administración. El PP no tenía por qué hacerlo, porque la ley le permite elegir a todos los miembros del órgano gracias a su mayoría absoluta. Pero los conservadores obtenían a cambio la normalización de la situación de quiebra y remodelación que vive en estos momentos el ente público. Todo parecía, pues, encaminado: la oposición conseguía situar a personas de su confianza en el consejo, y el PP podía presumir de afán de consenso.