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Las estibadoras rompen los prejuicios en el Puerto de Valencia: “La máquina no diferencia”

Natalia Vicente, estibadora.

Laura Martínez

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El volumen de mujeres en el sector logístico y portuario aún queda lejos de la paridad, pero en algunos enclaves va ganando peso a grandes pasos. En el Puerto de Valencia, las estibadoras se encargan de romper estereotipos: las 250 trabajadoras, un 20% de la plantilla, representan el cerca del 80% de las estibadoras españolas. Y la cifra va creciendo: de las 360 nuevas incorporaciones con el último proceso de selección, el 40% son mujeres.

Las razones, según los sindicatos, son sencillas: las portuarias valencianas entraron antes que en otros enclaves, a mediados de los noventa, y en los 2000, con el boom económico, coincidieron en el tiempo con una plantilla dispuesta a dar pasos en igualdad. A ello se suma la profesionalización de la actividad de la estiba, que con la tecnología no requiere tanto esfuerzo físico. “La máquina no diferencia”, expone Natalia Vicente, estibadora y representante de la Coordinadora de Trabajadores del Mar.

Las primeras capataces grueras entraron en Valencia, indica, recalcando que “rompieron la barrera”. Se encuentran en todas las categorías de empleo, aunque la proporción en las categorías altas es menor, sostiene. La incorporación “se desarrolló de una forma muy natural, coincidió en una epoca muy concreta que gente más joven o más progresita que lo vio como algo normal”, apunta. Primero fue por goteo, luego fue asumiéndose, hasta llegar al último proceso selectivo. “Lo natural es que a medida que se hagan entradas al turno, pruebas de acceso y convocatorias, se vaya nutriendo. La perspectiva es muy positiva. La gente se ha ido desarrollando profesionalmente, lo que más cuenta es la antigüedad y la experiencia, lo que permite escalar profesionalmente”, explica la representante sindical.

Vicente reconoce que es una cuestión muy local, ligada al tipo de trabajo que realizan en la terminal valenciana, cuya polémica ampliación también genera tensiones entre los trabajadores por el riesgo de desaparición de empleo. “Nuestras especialidades base son de manipulación, no de esfuerzo físico”, apunta. Asimismo, considera que el esfuerzo por visibilizar a sus compañeras hace que “se genere un efecto espejo. Normalizamos también otro tipo de profesiones y se visibiliza. Hay mujeres veteranas y eso es un aliciente”. El plan de Igualdad apunta que la categoría donde predominan las mujeres es la técnica, con cerca de un 40%, aunque en el momento de redacción no había presencia femenina en la cúpula de altos cargos. Casi el 60% de las empleadas tiene estudios de licenciatura, grado o ingeniería técnica, porcentaje muy superior al de los hombres, donde es del 40%.

La representante sindical, que negociará la revisión del plan de igualdad, recalca las medidas de conciliación pactadas, como la elección de turnos. “Eso hace que cualquiera pueda plantearse la maternidad. Con todas las presiones a nivel social, no hay un bloqueo en la carrera profesional. Funcionamos a través de excepciones de turnos, facilitar la franja horaria en la que vas a trabajar: quitarte noches, quedarte en jornada de tarde, diurna...”, explica. “A nivel de promoción, lo que nos marca el paso es la antigüedad. Se reconocen los permisos de maternidad y lactancia y no penalizan [en la carrera], se ha actualizado”, destaca.

“Todo se consigue en base de ir arañando derechos, somos muy firmes”, señala, al tiempo que reconoce que, desde su entrada en 2007, se ha avanzado en igualdad en la profesión. En Valencia “hay formaciones, aspectos como el lenguaje inclusivo, visibilización... el plan de igualdad sirve sobre todo para hacer divulgación”, reitera. De cara a la negociación del nuevo plan, se muestra optimista: “Tenemos esperanza con que se replique, estamos muy contentas con la generación que viene detrás. Unas trazaron el camino, otras han ido allanándolo y las demás vienen con muchas ganas”, valora. Según los datos de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, la estiba portuaria en España contaba en 2024 con 719 mujeres, el 9,5% del total de profesionales estibadores en los puertos.

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