No corren buenos tiempos para Esquerra Unida del País Valencià (EU). Fuera del parlamento valenciano por primera vez y con poca presencia institucional en diputaciones o ayuntamientos, la organización está dividida. Parte del partido no entiende que Marga Sanz, la coordinadora general, no haya dimitido tras la debacle electoral en las elecciones de mayo. La decisión de la dirección de no elegir a los candidatos a las próximas elecciones generales con primarias abiertas ha acentuado el enfrentamiento.
La renuncia a las primarias se decidió el sábado. La cúpula del partido - en un Consell Polític Nacional que apenas congregó a un tercio de sus miembros- votó a favor de elegir a los candidatos por asamblea con 23 votos a favor y 17 en contra. Se entierra así el método utilizado por EU para elegir a Ignacio Blanco como candidato a la Generalitat y el usado por toda la izquierda –PSPV, Compromís o Podemos- para abrir el partido y darle voz y voto tanto a los militantes como a los simpatizantes.
Una buena parte del partido considera esta decisión un error mayúsculo. Tres miembros de la dirección, en un artículo publicado en este periódico, no ahorran críticas. José Soler, Ana Ródenas y David Llàcer tachan la decisión de “paso atrás”. Dudan de su legitimidad –una “imposición” de la dirección “mediante una votación ganada por la mínima y con un quórum dudosamente aceptable” y la creen equivocada: “No estamos haciendo otra cosa que convertir EUPV en una organización superada por los acontecimientos políticos, incapaz de reaccionar a los cambios que la sociedad exige, es decir, esclerotizada y antigua”.
Ignacio Blanco, candidato de EU a la Generalitat en mayo y ahora militante de base tras renunciar a sus cargos en el partido, no ha querido hacer declaraciones, pero también reclama primarias abiertas en twitter:
El Consell Polític Nacional de EU también ha aprobado proponer candidaturas unitarias a Compromís, Podemos y otras fuerzas de izquierda para las elecciones generales de diciembre.