La formación de los padres y los docentes es la asignatura pendiente para combatir el acoso escolar, según el Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educación (Griave) de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Según la Fundación ANAR, uno de cada cuatro alumnos españoles percibió acoso escolar el curso pasado.
El Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educació ha indicado, que a raíz del aumento del acoso escolar en los últimos años y de la gravedad de las consecuencias, “es de vital importancia que los agentes educativos se formen para tomar medidas directas en los centros escolares”.
Asimismo, expone que “de lo contrario, la acción se repite y se acaba deshumanizando el grupo”, con afección a la “salud mental, física” y con consecuencias como la “regresión a nivel social o, incluso”, con “comportamientos de riesgo vital”.
La VIU ha comentado que “la solución pasa por sensibilizar a los alumnos frente a conductas de agresión” y ha manifestado que “para ello, es importante trabajar en el aula mediante charlas, tutorías grupales, películas o libros, así como realizar reflexiones en equipo en las que no haya agentes pasivos”.
De ese modo, ha agregado, “los alumnos que observen algún tipo de agresión se sentirán libres de comentarlo con el equipo docente”. Asimismo, el grupo de investigación de la VIU ha insistido en la conveniencia de que este equipo “reciba formación sobre acoso escolar antes de iniciar su experiencia laboral, ya sea en los planes de estudio del Grado de Magisterio o bien, en el máster de Secundaria”.
“Gracias a ello podrán impulsar la conciencia, la prevención y la resolución pacífica de conflictos, así como crear un clima cercano y de confianza con el alumnado”, han apuntado los investigadores. En este sentido, han afirmado que “las clases deben crear un ambiente de igualdad y empatía, buscando los puntos fuertes de cada alumno para que todos puedan aportar desde una visión positiva”.
Además de trabajar en el centro educativo todos estos ámbitos para luchar contra el acoso escolar, el Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educación defiende la implicación de la familia en estas cuestiones.
En este sentido, explica que “la escuela no tiene la capacidad necesaria para trabajar esta problemática en solitario”, por lo que se requiere “la colaboración de otros agentes educativos como la familia”.
Los investigadores han destacado que esta “es considerada el primer agente de socialización”, de modo que “juega un papel esencial a la hora de abordar el acoso escolar”. Igualmente, han subrayado que “valores como el respeto, la tolerancia o la empatía se aprenden en el seno familiar y, de ahí, se extrapolan los comportamientos a las aulas”.
“Es clave que el trabajo contra el acoso escolar se realice por parte de todo el equipo docente del centro, pero también de las familias. Los padres tienen un papel fundamental en la prevención del acoso, dado que facilitan a sus hijos las herramientas necesarias para la resolución pacífica de conflictos desde edades muy tempranas”, ha apuntado el Grupo de Investigación Adolescencia, Violencia y Educación de la Universidad Internacional de Valencia.
Este equipo ha elaborado, bajo esta premisa y con el objetivo de ayudar a los docentes y padres a afrontar el acoso escolar, una lista de medidas para prevenir la aparición de esta problemática. Así, ha aconsejado “crear un ambiente de igualdad y empatía dentro de las aulas, de modo que los alumnos sientan que pertenecen a un mismo grupo y sean conscientes de que no están solos”.
Igualmente, ha instado a “fomentar la comunicación entre docentes y alumnos para que se sientan escuchados en caso de percibir algún tipo de violencia” y a “sensibilizar al grupo frente a las conductas de agresión a través de recursos que se puedan trabajar en equipo”.
Primeras señales
En la misma línea, ha recomendado “realizar talleres de formación para docentes, alumnos y familias en materia de acoso escolar a fin de conocer técnicas para prevenir este problema”, así como “detectar las primeras señales de agresión y mostrar apoyo y confianza para que el alumnado acuda en busca de ayuda si sienten que la necesitan”.
A estas propuestas se une la de “desarrollar un discurso en sintonía para los alumnos, la familia y la escuela a través de campañas de sensibilización”.