La portada de mañana
Acceder
La cruzada del juez Peinado: de una denuncia a la citación del presidente
La tarea colosal de reconstruir la naturaleza
OPINIÓN | 'Puigdemont: Todo está en las manos del TSJ de Catalunya', por Pérez Royo

La Generalitat Valenciana ofrece varios sitios para exponer el mural inédito de Renau al no aceptar su autor un espacio educativo

Exponer una obra inédita de Josep Renau está siendo más complicado de lo que parece. La Generalitat Valenciana ha ofrecido al autor del mural póstumo de Renau tres espacios para exponer la obra tras el ultimátum lanzado por Javier Parra. En una carta dirigida a Parra, el secretario autonómico de Cultura, Ximo López, ha ofrecido tres espacios públicos que pueden albergar el enorme mural, de 32 metros cuadrados: el edificio de la propia secretaría autonómica en el complejo de la conselleria de la avenida de Campanar de Valencia, el Palacio de Congresos de Peníscola y el Auditorio de Castelló.

Las negociaciones entre Javier Parra, secretario general del Partido Comunista del País Valenciano (PCPV), y el departamento que dirige la consellera Raquel Tamarit no han sido fáciles. Tras el desinterés inicial de la Generalitat Valenciana, Parra mantuvo una reunión con la titular de Cultura el pasado mes de julio en la que Tamarit emplazó al artista a volver a verse en septiembre tras constatar las dificultades para ubicar una pieza de grandes dimensiones y diseñada para un espacio interior. Sin embargo, pasado ese plazo, el autor del mural inédito dio un ultimátum a la Generalitat Valenciana.

Ximo López lamenta en su misiva, del pasado 10 de octubre, que la “falta de noticias” por parte de la conselleria “haya sido interpretada como una descortesía o como una muestra de desinterés”. A pesar de reconocer la “absoluta legitimidad” de la queja de Parra, el secretario autonómico de Cultura la considera “profundamente injusta” al haber sido formulada “sólo tres días después de acabado el mes de septiembre” y al haber “llegado también a los medios de comunicación”, entre ellos elDiario.es.

El alto cargo comparte la voluntad de llegar a una solución pero discrepa “de la forma que se ha hecho servir” por parte de Parra: “Lamento el tono utilizado y no puedo aceptar que se cuestione el interés de la Generalitat por la obra de Renau”, de la cual el IVAM expuso una muestra. López recuerda que la tarea de localización de un espacio adecuado para el mural durante el mes de septiembre “no ha sido nada fácil”, debido al tamaño de la obra.

La carta señala las “reticencias” de Parra para que el mural fuera expuesto en un centro educativo, “una opción que habría sido relativamente sencilla, dado que estos espacios son, mayoritariamente, propiedad de la Generalitat y sí que suelen contar con muros diáfanos de grandes dimensiones”.

Sin embargo, en su respuesta a la misiva Parra aclara que “no existen reticencias” a la instalación del mural en un centro educativo “siempre y cuando tenga las condiciones adecuadas para el acceso libre del público”. La “principal preocupación” del secretario general del PCPV es que la obra pueda ser visitada por cualquier ciudadano “y quizá algunos centros educativos no dispongan de dichas características”.

Además de insistir en la posibilidad de exponer la obra en un centro educativo, la misiva recuerda que el edificio Mezquita de la Conselleria d'Educació i Cultura (una de las opciones ofrecidas) es el lugar donde “se coordinan las políticas culturales públicas”, una tarea “a la cual el propio Renau dedicó sus esfuerzos en los convulsos tiempos de la Guerra Civil española”.

El secretario autonómico de Cultura alude a la “imposibilidad” de incluir el trabajo de Parra en cualquiera de los museos de la Generalitat Valenciana, dado que cuentan con su propia política de adquisición de obras “basada en criterios técnicos”. El artista, indica, a su vez, que “en ningún momento” ha planteado la adquisición de la obra por parte de ningún museo sino su cesión.

El mural fue encargado por las autoridades de la República Democrática de Alemania (RDA) a Renau en 1969, durante la segunda fase de su exilio, pero fue finalmente rechazado. Con la abundante documentación del artista sobre el diseño de la pieza, Javier Parra materializó el mural en una reproducción exacta.