El pasado mes de julio se conocía la muerte de un joven interno de nacionalidad marroquí, Marouane Abouobaida, en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, en Valencia, que se suicidó en la celda de aislamiento donde fue recluido “para protegerle provisionalmente” después de participar en una pelea con otros internos.
A raiz de este suceso, el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, preguntó al Gobierno, entre otras cuestiones, por el número de personas fallecidas en estas instalaciones. La respuesta del Ejecutivo revela que en el CIE valenciano han muerto, desde su puesta en marcha en 1989, tres personas: “El 31 de agosto de 2008 falleció un ciudadano nigeriano tras sufrir un infarto y el 19 de febrero de 2009 murió en el Hospital General de Valencia un nacional georgiano procedente del CIE, por causas naturales”, a los que habría que añadir el joven que se quitó la vida el pasado 15 de julio.
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La muerte del ciudadano georgiano no está recogida en la documentación del movimiento CIEs No que, por el contrario, sí que recoge el caso de un hombre de origen marroquí que perdió la vida el 16 de octubre en 2010 y que no llegó a ingresar en los calabozos del centro.
El Gobierno explica que es el juzgado de Instrucción número 10 de Valencia el que investiga los hechos: “Los primeros indicios apuntan a que el fallecimiento se habría producido por ahorcamiento, siendo la tesis del suicidio la opción más probable”. Y añade que ni los servicios médicos ni ningún otro funcionario o interno del CIE “habían detectado tendencias suicidas o autolesivas en el fallecido, por lo que no resultaba a priori necesario un control permanente o constante de su estancia”.
A pesar de ello, “durante la estancia del fallecido en la habitación donde se produjo su muerte recibió varias visitas de agentes de servicio que se interesaron por su estado. Fue en una de estas visitas cuando un policía descubrió el cuerpo sin vida del interno”.
Investigación del Defensor del Pueblo
El Defensor del Pueblo ha abierto una investigación sobre la muerte de Marouane Abouobaida en el CIE de Zapadores de València el pasado 15 de julio tras la queja presentada por CIEs NO para exigir el esclarecimiento de todas circunstancias que rodean el suceso, así como que se “determinen responsabilidades por el fallecimiento de forma violenta de una persona que estaba bajo tutela del Estado”.
CIEs No señaló que el propio Marouane dictó a un compañero un escrito dirigido al director del centro de internamiento de extranjeros de Valencia, una hora antes de su muerte, en el que explicaba algunas de las consecuencias de la agresión, como que no veía por el ojo izquierdo y la cabeza le dolía “mucho”, y aportaba un informe hospitalario de urgencias. Este escrito fue entregado a la Policía, pero “no consta que provocara ninguna reacción por parte de la dirección del CIE”.