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El Gobierno valenciano implantará en dos años mil máquinas para retornar envases a cambio de dos céntimos por unidad

La consellera de Emergencia Climática, Mireia Mollà, prueba el nuevo sistema SDR.

Carlos Navarro Castelló

1 de diciembre de 2020 22:18 h

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La Comunitat Valenciana implantará un sistema de devolución de botellas de plástico de bebidas por incentivo económico antes de 2023, en cumplimiento de las obligaciones establecidas en la Ley de Economía Circular de la Comunitat Valenciana, una proposición de ley que se presentará antes de que acabe el año.

La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, realizó este anuncio durante la presentación de Reciclos, el sistema de Ecoembes de devolución y recompensa que llega a València y que supone “un primer paso” hacia los objetivos europeos de reconversión en recurso del 80% de los residuos en 2030 y del 90% en 2035.

Reciclos es un programa que permite al usuario acumular una suerte de puntos por la recogida de envases y botellas de plástico a través de una aplicación móvil, canjeables por bonos de transporte público, fomento del comercio local o aportaciones a entidades sociales que incluirán próximamente una bonificación directa sobre la tasa de tratamiento de residuos domésticos, en la línea de la desarrollada en la red de ecoparques de la Comunitat Valenciana.

Mollà aseguró que hasta 2023 se distribuirán 1.000 máquinas por toda la Comunitat Valenciana por las que los consumidores recibirán dos céntimos por cada envase depositado.

La conselleria exigió que los equipos sean compatibles con otros posibles sistemas contemplados en la ley nacional de residuos.

Mollà ha defendido conjugar diferentes sistemas de manera complementaria y necesaria para alcanzar los objetivos que marca Europa: “Ningún sistema por sí solo resuelve el problema”.

En cuanto a la posibilidad de implantar un sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR), Mollá comentó que “el sistema de incentivo abre la posibilidad a otros sistemas, no rechaza otros sistemas de incentivos y por tanto se debe garantizar que sea mutable porque tanto el SDR y como el SDDR pueden convivir y ser complementarios para alcanzar los objetivos”.

Como avanzó elDiario.es, el borrador de la ley de economía circular plantea que los supermercados y tiendas de alimentación implanten un sistema para recuperar los envases reutilizables, ofreciendo una cuantía económica al consumidor (abonada por este previamente) a cambio del envase, es decir, un SDDR.

De esta forma la idea es extender el sistema que ya funciona en el sector hotelero y de la hostelería (canal Horeca) a los supermercados y tiendas de alimentación para aumentar la tasa de reutilizables. Con todo, la letra pequeña de la normativa se debe negociar y aprobar en el parlamento valenciano, por lo que podria sufrir variaciones.

Además, entre las diversas iniciativas se integra el impuesto a vertedero con carácter finalista o las experiencias pioneras de recogida selectiva de acero y aluminio ligero y de recuperación del 100% del vidrio en el área metropolitana de València y otras áreas, actualmente en expansión y que alcanza ya más del 50 % de la población de la Comunitat Valenciana.

“Estamos decididos a liderar la gestión responsable de residuos a nivel estatal y a ser ejemplarizantes por nuestra posición vulnerable de territorio epicentro del cambio climático”, concluyó Mollà.

Así funciona el SDDR

La implantación del SDDR que finalmente se descartó en la Comunitat Valenciana en la pasada legislatura preveía que los valencianos pagaran 10 céntimos más por los refrescos y bebidas envasados en latas, plástico y vidrio (salvo vino).

Esos 10 céntimos les serían devueltos al llevar los envases, en buenas condiciones, a cualquier comercio o plataforma comercial. De esta forma, al contenedor amarillo se seguirían llevando el resto de envases (latas de conservar, briks y otros plásticos que no sean botellas).

Por su parte, los comercios recibirían dos céntimos por envase vacío que devuelvan al distribuidor de ese producto. Esos dos céntimos los sufragaría el gestor del sistema con los ingresos que obtenga del posterior reciclaje.

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