La Guardia Civil aborda el barco de Greenpeace que impedía la entrada de un barco con gas natural en el puerto de Sagunto
La Guardia Civil ha tomado esta tarde el control del barco 'Esperanza', de Greenpeace, que desde esta mañana impedía que un barco con gas licuado atracara en el puerto de Sagunto, han informado fuentes de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV).
La actuación de los agentes, que ha sido autorizada por un juez de Sagunto, se ha realizado después de que los agentes accedieran al barco y pidieran a los activistas de Greenpeace que depusieran su actitud, que solo cedieron el control del barco tras la decisión judicial.
Sobre las 11.15, el 'Esperanza' impidió las maniobras de atraque en el puerto de Sagunto del barco 'British Merchant', con una carga de 60.000 toneladas de gas natural licuado, cuyos mandos, para evitar incidentes, decidieron permanecer en alta mar.
Fuentes de la APV han indicado a EFE que se ha respetado el derecho de protesta de Greenpeace, pero ante la negativa del barco 'Esperanza' de abandonar el puerto se requirió la actuación de la Guardia Civil para que el 'Merchant' pudieran realizar una “maniobra autorizada”.
Esta tarde, tras conocer la decisión judicial, los ecologistas han cedido de forma pacífica el control del barco a los agentes de la guardia Civil, que alrededor de las 20 horas han iniciado su traslado de la embarcación a otra zona del puerto para facilitar el atraque del buque con gas licuado.
La acción de Greenpeace tenía como objetivo exigir el fin de los combustibles fósiles y denunciar la dependencia de España del gas fósil.
Los activistas han entrado en el puerto y se han anclado junto a la planta de regasificación de Enagás para impedir la entrada del barco, y han pintado en un lado del buque el lema “NO + GAS”, mientras un escalador se ha encaramado al ancla del barco para ejercer una resistencia pasiva, según ha informado la organización ecologista en un comunicado.
La protesta se ha realizado en el contexto del Consejo Europeo extraordinario que se celebra en Luxemburgo, donde los ministros de Energía se reúnen para tratar el impacto del aumento de los precios de la energía y las posibles soluciones, y al que exige abordar la escalada de precios desde la raíz y que los gobiernos apliquen medidas urgentes para proteger a las personas vulnerables.
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