Un hombre ha degollado este domingo en una vivienda de la ciudad de Alzira (Valencia) a su hija de dos años. Después ha intentado suicidarse arrojándose al vacío desde un segundo piso, pero no ha resultado herido de gravedad. El presunto autor del crimen, de 28 años, ha sido detenido por la Policía Nacional.
El suceso se produjo hacia las cinco de la tarde en la calle del Padre Castell, en la capital de la comarca valenciana de La Ribera Alta.
Según algunas informaciones, que la policía no ha confirmado ni desmentido porque los hechos son todavía objeto de investigación, puede tratarse de un crimen machista.
Fuentes cercanas a la madre de la niña asesinada y expareja del detenido, que no se encontraba en la vivienda en el momento del suceso, han explicado a la agencia EFE que la pareja atravesaba problemas, que ella tenía intención de divorciarse y que estaba iniciando los trámites de separación, pero que al carecer de suficientes medios económicos seguía conviviendo con él.
Estas mismas fuentes han detallado que la mujer comunicó a sus compañeras de trabajo la decisión de separarse el pasado mes de septiembre, y creen que este crimen puede guardar relación con esta decisión.
La mujer, de 24 años, tuvo que ser trasladada este domingo al hospital de la Ribera, afectada por una crisis de ansiedad.
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha informado este lunes de que el hombre no había sido denunciado previamente por violencia de género ni tenía antecedentes penales.
Este lunes, el Ayuntamiento de Alzira ha celebrado una concentración a las 12 del mediodía para que los vecinos se solidaricen con la familia y condenen la muerte de la menor.
Tras este suceso, Save the Children ha insistido en la necesidad urgente de poner en marcha una ley que proteja a los menores de todas las formas de violencia.
En un comunicado, la organización ha informado de que en los dos últimos años más de 70 niños y niñas han quedado huérfanos como consecuencia directa de la violencia de género, y al menos siete de ellos perdieron la vida en la misma agresión en la que la perdía su madre.