Cuando las instituciones culturales dieron portazo al PP en su intento de proteger los 'bous al carrer' como bien de interés cultural
En pleno debate sobre el futuro de los 'bous al carrer' tras los siete muertos y más de 300 heridos que ya han dejado este año en la Comunitat Valenciana, el secretario general del PP de Castellón, Salvador Aguilella, afirmó que es “incuestionable” el futuro que estos actos taurinos tienen en la provincia “y en la Comunitat Valenciana” con el PP “como garantía de protección” y garantizó que “blindará” estas celebraciones en el caso de que gobiernen los populares.
Sin embargo, en el pasado el PP ya intentó proteger tanto las corridas de toros como los 'bous al carrer' mediante su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial. Sin embargo, el expediente finalmente quedó archivado en junio de 2012 ante el rechazo de dos de las entidades culturales consultadas y la abstención de otra de ellas, contando tan solo con un informe favorable.
En concreto, se solicitó el necesario informe al Consell Valencià de Cultura (CVC), la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y dos universidades: la Universitat de València (UV) y la Universidad Católica San Vicente Mártir (UCV).
Tan solo esta última, la Católica, dio el visto bueno a la declaración BIC al entender que se trata de espectáculos de raíces valencianas que merecen una protección.
En el caso del CVC, una de las comisiones del organismo redactó un informe en contra de la declaración, aunque finalmente no fue aprobado en pleno por un margen de votos apretado, de 11 en contra y ocho a favor. Así, finalmente el CVC optó por no pronunciarse, en una decisión no exenta de polémica.
Y es que, previamente, dos comisiones del CVC, la de promoción cultural y la de gobierno, habían respaldado con abrumadora mayoría un informe contrario a la declaración de BIC. Sin embargo, el pleno del órgano consultivo lo rechazó para evitar un pronunciamiento contrario a los 'bous al carrer'.
El dictamen aprobado en 2009 afirma textualmente que “en el caso de la modalidad del 'bou embolat”, resulta manifiesto el hecho que el animal es sometido a un dolor innecesario. Una reforma de la práctica tradicional implicaría la supresión del 'bou embolat' y su sustitución por un tipo de actividad sin bolas de fuego o con la sustitución del animal por representaciones de animales, a pesar de que el CVC es consciente de la gran presencia que está teniendo en los últimos años (alrededor del 80% de las fiestas)“.
Por su parte, el informe de la Universitat de València (completo en el enlace) afirma que en cuanto a la protección de la integridad del animal, esta es “absolutamente imposible” en las corridas de toros, atendida la existencia del tercio de varas, las banderillas y el sacrificio: “Pero, también en la mayoría de modalidades del toro de calle se dan pautas de actuación que producen sufrimiento al animal, más claramente presentes en el 'bou embolat'. La violencia sacrificial, y por tanto el maltrato y la tortura, es un elemento indisoluble de la fiesta que, desde una perspectiva contemporánea, no puede ser incluida en una declaración de bien patrimonial inmaterial, por muy grande que sea el arraigo histórico y la implantación social”.
La la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos afirma directamente que estos actos taurinos populares “no tienen la suficiente entidad cultural” para su declaración como BIC.
Según el procedimiento de la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, para obtener la declaración BIC el expediente debería haber contado con los informes favorablemente “expresos” de al menos dos de las instituciones consultadas. Pero “expreso” sólo obtuvo uno, el de la Universidad Católica, por lo que se archivó el expediente.
Sí que logró el reconocimiento BIC Inmaterial aprobado en 2011 la Entrada de Toros y Caballos de Segorbe (Castellón), también reconocida como en 1985 y 2005 con sendas declaraciones como Fiesta de Interés Turístico y Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Entonces el Gobierno valenciano justificó la declaración BIC por tratarse de un “rasgo distintivo”, puesto que no se reproduce, en ningún otro lugar de la Comunitat Valenciana, y que “se justifica por su propia existencia, como elemento diferenciador, no sólo de la comarca, sino de la provincia y de todo el territorio valenciano”. En la tramitación del expediente se concedió trámite de audiencia al Ayuntamiento de Segorbe que se comprometió, junto a la Generalitat, a velar por la seguridad de los espectadores y a evitar que se maltrate a los animales.
El encierro, cuya origen se remonta al siglo XIII, destaca por la participación de caballos, montados por expertos jinetes que tienen como misión conducir la manada a la plaza sin que ninguna res desmande en una trepidante carrera que discurre por una de las principales arterias de la ciudad.
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