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Isabel Martín: “El vecino llama a la puerta de la alcaldesa, no del presidente del Gobierno; debemos poder usar nuestros ahorros para ayudarle”

Isabel Martín es alcaldesa de Paiporta (25.300 habitantes) desde 2015 cuando la suma de Compromís, PSPV e PodEU ganó al PP la alcaldía. En 2019 mantuvo la vara de mando, esta vez solo con el apoyo de los socialistas, en un acuerdo por el que compartirá la presidencia del pleno con sus socios. Como el resto de ediles del mundo se enfrenta a la peor crisis económica y social desde 2008, aunque lo hace de la misma manera que cuando llegó, con serenidad y diálogo constante con los ciudadanos. Reclama poder usar los ahorros que han acumulado en los últimos cinco años -8,5 millones de euros- para tejer una red de protección social y reactivar el comercio y la economía local. Ve la crisis como una oportunidad: “Hemos de aprovechar la situación para cambiar el modelo”.

¿Cómo afronta una alcaldesa una crisis de las dimensiones del coronavirus con su pueblo desconcertado y agobiado por la incertidumbre sanitaria y económica?

Es una situación excepcional. Supongo que ninguna alcaldesa o alcalde habrá dormido más de tres horas las primeras semanas de crisis. Tenemos una situación social de muchísimas personas que dependen del día a día y que no se pueden permitir quedarse sin un ingreso. Los primeros días recibimos muchísimas llamadas a los servicios sociales por lo que, desde el primer momento, decidimos que los servicios sociales eran esenciales. Reforzamos el departamento y nos coordinamos con Cruz Roja y Cáritas para atender todas las necesidades del pueblo. Se han dado subvenciones extraordinarias para personas que venían a pedir para poder ir a comprar el pan ese día.

También han lanzado ayudas de hasta 950 euros para pymes y autónomos. 

Las hemos tramitado de una manera rapidísima. Todo el mundo sabe que tramitar una ayuda de este tipo te cuesta cuatro meses y nosotros lo hemos hecho en dos meses y las ayudas ya están a disposición de autónomos y pymes. Son ayudas dirigidas al pago del alquiler, las hipotecas, el IBI, suministros o, incluso, alguna adaptación de los negocios por la COVID. Es una partida global de 350.000 euros para este programa.

Nos preparamos para la llegada de una gran crisis económica, pero en los ayuntamientos tendran que capear también con una crisis social. ¿Dónde tendrán que actuar?

Hemos podido hacer frente a esta crisis porque en 2015 recuperamos muchos de los servicios que el PP había desmantelado. Llegamos en 2015 y había siete personas trabajando en servicios sociales. Ahora hay más de veinte asumiendo esta crisis. Estamos poniendo todos los recursos disponibles, pero esos recursos son insuficientes si no podemos usar los ahorros que tenemos en los ayuntamientos. La partida destinada a ayudas de emergencia de 330.000 euros que triplicamos hace cuatro años ya está agotada en el mes de abril. Ahora estamos haciendo transferencias desde otras áreas para hacer frente a esta crisis, pero hemos hecho previsión de todo lo que nos va a venir de aquí a final de año y necesitamos poder hacer uso de nuestros ahorros. En Paiporta tenemos 8,5 millones de euros de remanente de tesorería positivo que no podemos gastar por la ley Montoro. Y de esos 8,5 millones el Estado solo nos ha dejado gastar 200.000 euros que hemos usado para servicios sociales y poner en marcha la ayuda para comercios y pymes. 

¿Tiene retenido ese dinero?

Lo tenemos en el remanente y no podemos incluirlo en el presupuesto. Los ayuntamientos del cambio hemos hecho una muy buena gestión, eliminamos la deuda que teníamos, casi siete millones, y tenemos ahorros pero no podemos usarlos. 

Desde Compromís se le ha pedido al Gobierno de PSOE y Podemos que se pueda usar ese remanente de los ayuntamientos para afrontar la crisis.

Necesitamos hacer uso de este dinero para las partidas de servicios sociales, trabajo y comercio y para la limpieza, porque tenemos que intensificar la limpieza por el virus. También poder contratar más personas. La ciudadanía, a quien va a llamar a la puerta es a las alcaldesas y alcaldes, no al presidente del Gobierno. A nosotros es a quienes nos dicen que no tienen para comprar el pan o pagar la luz. De alguna manera debemos poder dar respuesta. El país no se puede quedar quieto y debe seguir creciendo y los ayuntamientos debemos estar en ese cambio de modelo que quiere la ciudadanía. Por ejemplo, en Paiporta hemos cerrado calles para que los ciudadanos se puedan esparcir en esas pocas horas que pueden salir. La ciudadanía está pidiendo un cambio de modelo de movilidad y para eso también hacen falta recursos, como también hacen falta para la crisis climática que viene. La crisis del coronavirus es un primer aviso.

La crisis también ha traído un cambio en el trabajo de los empleados públicos. Se ha disparado el teletrabajo, ¿cómo afronta Paiporta este cambio de manera de entender el trabajo?

Afortunadamente en Paiporta ya teníamos la plataforma electrónica en marcha y se trabajaba con administración electrónica desde hace tiempo. El modelo de teletrabajo al que nos hemos tenido que adaptar todos provocó que los primeros días fueran duros. Pero en una semana teníamos al 99 % del personal trabajando desde casa. Ahora estamos haciendo la reincorporación poco a poco.

¿Piensa que el teletrabajo ha venido para quedarse?

Pienso que se debe utilizar como una herramienta más, pero a la que se le debe dar una vuelta. Tampoco se puede convertir en estar trabajando todo el día. Hemos de tener cuidado y aprovechar este cambio para coger las pocas cosas buenas que nos ha dado esta crisis. El teletrabajo es una herramienta más, pero no puede convertirse en un arma de doble filo donde se explote a sus trabajadores.

También están impulsando en Paiporta un cambio de movilidad.

En la pasada legislatura aprobamos el plan de movilidad municipal y empezamos a peatonalizar calles, hemos construido una red de carriles bici y el mes pasado cuando se dejó a los niños salir a la calle hicimos una actuación para en los fines de semana cortar al tráfico numerosas calles. Tenemos que aprovechar que ahora tenemos que mantener distancias de dos metros para cambiar la fisonomía de nuestros pueblos.

¿Y cómo se han tomado ese cambio los vecinos?

Muy bien y nos ha sorprendido, porque los cambios suelen ser muy complicados. Este proyecto se ha hecho con las AMPA de los colegios y los institutos, que fueron con los que nos coordinamos para cerrar las calles. A ver si hasta final de año podemos mantener cerradas estas vías los fines de semana.