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El “cerebro” de Emarsa y un ebanista jubilado, en el banquillo por el blanqueo de fondos en Andorra de la depuradora de Valencia

En la Audiencia Nacional arranca este jueves el juicio de una de las piezas separadas del fraude en la depuradora de Pinedo (Valencia), la segunda más grande de España, y donde se desviaron más de 23 millones de euros de dinero público. Se sientan en el banquillo por blanqueo de capitales el que fuera “cerebro” financiero del saqueo, el empresario ahora encarcelado Jorge Ignacio Roca Samper; el ebanista jubilado Vicente Gil Usedo y sus dos hijos, Vicente y Yolanda Gil Blay, propietarios de una empresa de fabricación de abanicos en Aldaia.

Se juzga la extracción del dinero saqueado en la trama Emarsa a través de una cuenta de Andorra y, según la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera (Udef) de la policía nacional, también a través de China. En concreto, la investigación sobre el saqueo detectó un cuenta en la que estaban Roca y Vicente Gil y a la que se transfirieron 2.266.460 euros, de los que 690.108 euros fueron ingresados por Roca.

Jorge Ignacio Roca montó una red de empresas fantasma que facturaban a la empresa pública Emarsa por servicios de tratamiento de lodos que nunca se prestaron. En total, a través de estas sociedades se desviaron 13 millones de euros de dinero público. Parte de ese dinero acabó en propiedades en Francia, en la compra ficticia de maquinaria en Malta y en transacciones y transferencias a China y Andorra. Son estas últimas operaciones las que se investigaron en la pieza separada número 9 de un total de 11 del caso Emarsa que se juzgarán entre este jueves y mañana.

Fuentes de la defensa del ebanista jubilado y sus dos hijos pedirán la libre absolución de sus clientes porque, aseguran, “los 690.000 euros son dinero propio” y no del saqueado en la depuradora de Pinedo. Además, apuntan, pedirán la suspensión del juicio -que ya se ha suspendido una vez- porque no se ha citado a varios de sus testigos propuestos -vinculados a la banca andorrana-. Las mismas fuentes añaden que estas declaraciones ya fueron aceptadas por la Audiencia Nacional por lo que no se puede celebrar el juicio sin su intervención.

Según el escrito de la Fiscalía, para dar apariencia lícita a las ganancias que obtuvo Roca Samper de Emarsa a través de sus empresas, se sirvió de la ayuda de la familia Gil, que colaboró en la simulación de pago de servicios comerciales a través de diversos traspasos de cantidades entre cuentas bancarias.

Para ello, Gil Usedo abrió una cuenta en la Banca Privada de Andorra en octubre de 2010, cuyo titular era una mercantil en Panamá y cuyo representantes eran éste y Ros Samper. Gil Usedo, que ya tenía otra cuenta en el banco Credit Andorra compartida con sus hijos, afirmó en el cuestionario confidencial de la entidad financiera que era “ebanista, jubilado, fabricantes de abanicos y artículos de 'souvenirs' españoles” y que tenía previsto realizar transferencias correspondientes a cobros y facturas no declaradas, describe el Ministerio Público.

El considerado 'cerebro' financiero hizo constar que era economista y asesor de Gil Usedo. En cuanto a la participación de los hijos, la Fiscalía apostilla que consistió en el “encubrimiento o enmascaramiento del origen ilícito de los fondos públicos presuntamente malversados” aparentando relaciones comerciales.

En Andorra a través de Belice

El modus operandi consistió en realizar una serie de transferencias entre octubre de 2009 y abril de 2010 desde la empresa domiciliada en Malta Walnut Grove LTD a la cuenta andorrana de la empresa constituida en Belice, Hesse Darmstadt INC, ambas administradas por Roca Semper. Después estas cantidades, que ascienden a un total de 690.108,50 euros, se ingresaban a los fondos de los Gil respondiendo, supuestamente, al pago de unas relaciones comerciales.

La Fiscalía ha expuesto como indicio de la participación de los imputados en el supuesto delito la posible vinculación personal de ya condenados e imputados Vicente Ros Bartual, José Luis Sena Gimeno y Enrique Sena Gimeno con Vicente José Gil Blay, por haber pertenecido todos ellos a los Clavaris del Crist de Alaquàs.