Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Trump anuncia aranceles del 25% a “todos” los coches no fabricados en EEUU
La Seguridad Social reclama 500 millones de euros del ingreso mínimo vital
La pregunta que se hacen en China y en EEUU pero no en la UE. Opina Alberto Garzón

Un menor agrede a dos educadores sociales en un centro de Riba-roja y los trabajadores se quejan de falta de protocolos adecuados

Protesta el pasado fin de semana ante el Palau de la Generalitat de trabajadores sociales pidiendo mejoras del servicio.

Toni Cuquerella

València —

1

Dos educadores sociales de un centro de menores en Riba-roja de Túria han sufrido una agresión por parte de un menor que estaba a su cargo, agresión que estuvo acompañada de amenazas de muerte. El suceso, según explican los trabajadores, tuvo lugar el pasado 17 de marzo y advierten que es un caso similar al vivido en otro centro análogo en Badajoz, donde una trabajadora murió a manos de otro menor.

Los trabajadores alertan que “en nuestro día a día lidiamos con situaciones muy parecidas, hemos llegado a normalizar ya las agresiones, amenazas de muerte, etc.”, y apuntan además de la falta de protocolos adecuados para hacer frente a este tipo de ataques, en un centro en el que hay 44 usuarios menores de edad.

Según explican, el centro de Riba-roja de Túria también es de cumplimiento de medidas judiciales para menores que agraden a sus padres y madres, con 24 plazas “y con ratios muy mínimas en ocasiones, no tenemos ningún tipo de seguridad y según nuestra Fundación Amigó es nuestra obligación enfrentarnos a los menores físicamente, cuando legalmente no son funciones de la educación social ni la integración social, que son las figuras profesionales con atención directa que tenemos en el centro”.

Lamentan que “nos obligan a enfrentarnos sin formación y a veces con una desventaja más que evidente en tamaño y peso con menores muy violentos” y añaden que “el director establece un protocolo ante agresiones que no pasa por llamar a la policía y denunciar la situación, sino, llamarlo a él y ya viene cuando pueda al centro”.

La solución, explican los trabajadores, pasaría por la contratación de la figura del ACE (Auxiliar de Control Educativo), un trabajador que proporciona seguridad y contención especializada del menor, incluso explican que el número ideal sería la presencia contínua de cinco de estos ACE para poder reducir con garantias y sin daños a un menor. Los mismos trabajadores señalan que es política de la fundación el no utilizar estas figuras así como tampoco el recurso a los cuerpos de seguridad, como sí que se hace en otros centros.

Sobre la agresión que tuvo lugar la semana pasada explican que se trata de un menor muy corpulento y que se abalanzó sobre una trabajadora a quien intentó “girarle el cuello con intención de rompérselo a la vez que le dice que la va a matar”. Durante este ataque el otro compañero que había en el centro (estaban ellos dos solos, afirman) intentó sujetar al agresor pero este le propinó un codazo en la cara y lo impulsó contra la pared. Finalmente entre los dos controlaron la situación, pero la trabajadora acabó con moratones, contusiones y una fisura en una costilla, y el hombre con un codazo en la cara y contusiones.

A pesar de lo sucedido denuncian que el director del centro hizo volver a trabajar a ambos al día siguiente, pero manifiestan que “la chica está muy afectada y lleva poco tiempo igual que el compañero) trabajando allí y por eso no dice nada y va”. No obstante dos días después explican que a la agredida le tocaba volver a trabajar en turno de mañana y tarde seguida con el agresor, y que “al mediodía el chico vuelve a ponerse algo agresivo y la compañera sufre una crisis de ansiedad, tiene que pedir irse a casa porque no puede trabajar”.

Finalmente, asesorada por el representante de los trabajadores, acude a la mutua y cuenta lo ocurrido, le detectan mediante una radiografía una fisura en una costilla, les cuenta el episodio sufrido y que tiene mucha ansiedad, que lleva varios días sin dormir, pero critican que se resuelve con que “le dan una semana de baja y a trabajar, es una vergüenza también que desde las mutuas hagan esto”. Por ello el representante de los trabajadores afirma que ha recomendado denunciar a la policía, a lo cual la agredida tiene miedo porque tiene que estar trabajando con el menor y que este tome represalias.

ElDiario.es ha solicitado la versión del centro sobre los sucesos y los protocolos, pero no ha obtenido ninguna respuesta.

Etiquetas
He visto un error
stats