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El agujero de 1.000 millones en Feria Valencia deja tocados a Rita y Fabra

La fiesta no se acaba en el PP valenciano. El último escándalo conocido –un agujero de 1.000 millones de euros en Feria Valencia- deja tocados al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

Al primero, ninguneado por Mariano Rajoy, porque pone de manifiesto una vez más la negligente gestión del PP en la Generalitat justo cuando llega uno de los momentos cumbre de la política valenciana, el debate sobre política general en las Corts Valencianes.

Y a Barberá, agasajada por Rajoy a espaldas del líder del PP valenciano, por su condición de presidenta del patronato de Feria Valencia, una institución alimentada por dinero del contribuyente que se sirvió de su naturaleza jurídica privada para evitar los controles públicos y dilapidar fondos de la Generalitat.

Feria Valencia: despilfarro, opacidad y ¿latrocinio?

Se sabía que Feria Valencia estaba cercana a la quiebra. El anterior presidente, Rafael Catalá, abandonó la institución dejando casi 600 millones de euros de deuda, una plantilla demediada y un negocio en declive. Su elección es imputable a Barberá y los predecesores de Fabra en el gobierno valenciano.

Cuando éste llegó, el mal ya estaba hecho, pero se desconocía el tamaño del agujero y los detalles de cómo se había llegado al mismo. Ahora, los auditores de la Generalitat lo han revelado. Los valencianos deberán pagar hasta 1.029 millones de euros (costes financieros incluidos) en ayudas a la modernización y una ampliación mastodóntica que sólo ha generado pérdidas: 21 millones entre 2005 y 2012.

Además, los sobrecostes de esa construcción son de un 86% (252 millones más de los previstos), la entidad gastó en 11 años 142 millones en publicidad y viajes pese a su mala situación y muchos de los gastos acometidos se soportaron con facturas falsas o no se justificaron. Se gastó a manos llenas hasta 2010 pese a que los auditores detectan una “importante reducción de ingresos” desde 2007.

Los responsables del desaguisado, el presidente Catalá, y la directora general, Belén Juste, no han asumido, de momento, responsabilidad alguna. Ésta última, que fue Consellera de industria, es ahora diputada del PP en el Congreso de los Diputados.

Barberá va más lejos: incluso llega a atacar a los interventores de la Generalitat. “Es un informe mal hecho”, dice, ya que aplica criterios de empresa pública a una sociedad privada. Feria Valencia es privada, pero los fondos despilfarrados son públicos. Y el agujero, para los valencianos.