“¿Qui no tindrá…? Quan el ramat/
obeeix sense ambages la veu única/
del àrbitre suprem,/
¿qui no tindrà, digueu-me, orelles d’ase?“
Miquel Dolç, 1974
En tiempo de sobreactuación política, sorprende el bajo perfil empresarial. El último cisma suscitado entre la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) es un nuevo episodio. Se estrena el relato político para cuatro años, donde los empresarios quieren posicionarse en un horizonte de estabilidad.
De poder a poder
El colectivo de emprendedores es sociológicamente conservador y alineado, hasta ahora, con posiciones próximas al Partido Popular. El PSOE siente la tentación de reinventarse como interlocutor. El lobby que quiere influir en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV) busca su cuota de complicidad entre poder político y económico. Vicente Boluda (AVE) acaba de fichar a Felipe González para su consejo de administración. De poder a poder. ¿Se repetirá la escena del sofá en el Palau de la Generalitat, entre Ximo Puig, president del Consell y Juan Roig, patrón de patronos? Evitar pasados errores permitiría afrontar la nueva etapa con renovada perspectiva.
De la mano
Urge tomar el pulso a la situación y exponer el futuro desde el Govern Valencià. Conclusión: el poder político necesita al empresarial para instrumentalizar la iniciativa privada. ¿Quién manda aquí? ¿Se reproduce el modelo de la legislatura anterior? Aquella se presumió pasajera. La actual ya es permanente. Con la “novedad” de que el actual Consell cuenta con una vicepresidencia y dos consejerías de Unidas Podemos, a las órdenes de Rubén Martínez Dalmau. El balance fue complaciente para el flanco político comandado por el president Ximo Puig, con sus consellers del ramo—que repiten-, Vicent Soler (Hisenda) y Rafael Climent (Economia del bien común) parco en iniciativas.
¿Quién fracasa?
Los empresarios tendrán que significarse en un erial sin resultados en competitividad y creación de empleo. ¿Seguimos apostando por un país de camareros y empleados de baja cualificación? ¿Al fin se emprende una política industrial eficaz? ¿Si Ford- Almussafes flaqueara, tenemos plan B, para trabajadores y proveedores? El enfriamiento del idilio entre AVE y CEV, ha hecho que la primera abandone a la segunda, a cuenta de la utilización del edificio del patrimonio sindical que, en su día fue propiedad del Sindicato (vertical) de Frutos y Productos Hortícolas. ¿Plantamos cara ya al gobierno de Madrid, presidido por un incierto Pedro Sánchez, con múltiples frentes abiertos?
Tres frentes marcan las exigencias económicas para el Govern de Ximo Puig. La incapacidad, hasta hoy, de solucionar la financiación injusta que impide el despegue del País Valenciano. Los niveles escasos de inversión de la Administración central en territorio valenciano. La decadencia que arrastra la economía, desde los fastos de la Copa del América, de la Fórmula 1 y de la crisis financiera que dio al traste con Bancaja, CAM, Banco de Valencia y la SGR, con procesos, condenas y multas a dirigentes y consejeros. Cuya consecuencia inmediata ha sido la erosión del PIB valenciano y la debilidad del mercado de trabajo para jóvenes y parados de larga duración. Es endémica la lucha infructuosa por relanzar la productividad y la competitividad. Único remedio para superar el horizonte de la actividad productiva, estancada en el sector servicios, con empleo de baja calidad. Característica del imperante turismo de sol y playa.
Foros
Los tres foros donde se bate el cobre siguen conformados por las organizaciones empresariales (Salvador Navarro), las Cámaras de Comercio (José Vicente Morata) y las ferias de València (José Vicente González) e IFA, con sede en Alicante. Las Autoridades Portuarias de Valencia—Aurelio Martínez-- (con Sagunt y Gandia), Castelló y Alicante,--entes públicos-- son cajas de resonancia de la economía, dependientes del Ministerio de Fomento. Un negocio saneado. Prioridades que no han de acabar en frustraciones: solucionar la financiación y encarrilar el Corredor Mediterráneo. Se trata de conocer el proyecto autonómico auspiciado por el poder político, en afinidad y colaboración con los representantes empresariales para levantar el vuelo de la economía. Punto de apoyo para cambiar el modelo económico y tirar del progreso en el País Valenciano. Hace falta.