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CV Opinión cintillo

A punt para la reciprocidad

Francesc Felipe

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El corte de las emisiones de TV3 a través de los repetidores de ACPV es sin duda una de las herencias políticas contra la libertad de expresión y de información del Consell de Francisco Camps de la cual el ex muy honorable se podrá sentir especialmente orgulloso. Nunca hubiera imaginado el Partido Popular de la época que 13 años después -5 años del gobierno botánico –nadie haya dado el paso de restablecer la señal.

Desde hace un mes contamos con una nueva secretaría autonómica de Comunicación de la Generalitat Valenciana, Beatriz Gallardo, que es quien tiene las competencias para activar la reciprocidad. Me encantaría equivocarme pero, vistos los precedentes en el cargo, me temo que no tendrá entre sus prioridades iniciales el intercambio de señales entre las televisiones autonómicas con las que compartimos lengua propia.

Es posible que os preguntéis entonces por qué razón afirmo que estamos a punto para la reciprocidad. Básicamente porque se dan tres condiciones que lo pueden hacer posible. Primero, es lógico que hasta el inicio de las emisiones de la nueva televisión pública valenciana no se pudiera activar la reciprocidad de señales, puesto que no había ninguna señal para compartir. Desde junio de 2018 pero ya no existe este problema. La segunda condición es que actualmente se dan las mayorías parlamentarias para que un gobierno a Madrid pueda ceder un segundo multiplex en el País Valenciano que permitiría la reciprocidad de la señal con todos los canales. Formalmente ninguno de los partidos que apoyan al actual gobierno tendría que estar en contra.

El tercer elemento, el BNG puso como una de las condiciones para la investidura de Pedro Sánchez la recepción en Galicia de la radio y la televisión portuguesa. Por lo tanto, si hay voluntad política, y capacidad negociadora, no sería muy complicado que en los nuevos presupuestos del estado alguno de los partidos políticos de los cuales depende la aprobación, y defiende la reciprocidad, lo posiera, por fin, encima de la mesa. Ahora queda saber quién estará realmente dispuesto a colocarlo realmente en la agenda.

Por lo tanto es el momento para que, más allá de campañas en redes sociales, discursos bienintencionados, todas y todos pasemos a la acción. O se pone ahora en el tablero político el múltiplex en el País Valenciano para las televisiones con las cuales compartimos lengua o perderemos la última oportunidad para establecer un marco estable en el intercambio de señales. Esto, compañeras y compañeros, es así.

Dicho esto, la reciprocidad de TV3 y À Punt, que como eslogan puede funcionar, actualmente desde un punto de vista audiovisual es insuficiente. Primero que nada hace falta la recepción de todos los canales de la CCMA no solo el primer canal. Tan importante es el canal de TV3 como el canal de dibujos animados o incluso el canal deportivo. Ver los partidos de segunda entre equipos de fútbol catalanes y valencianos es tan normalizador entre territorios o más que el TN o la programación cultural. De hecho, en realidad es mucho más normalizador que el TN. De la importancia de compartir dibujos animados pienso que sobra hacer referencia, unos buenos dibujos en las diferentes variedades de la lengua que compartimos es lo mejor para la salud de la lengua fuera de la escuela. También recibir IB3 con una programación novedosa y un modelo de éxito es un elemento esencial de esta ecuación.

Pero además de esto hay un tema más esencial todavía en el 2020. À punt, TV3 e IB3 han abierto unas líneas de trabajo en común, desde el programa coproducido entre las tres «Favoritos», la emisión de la «Forastera» en TV3 o «Merlí» a À punt, por ejemplo, o la última y más exitosa colaboración es la emisión simultánea del telefilm «La mort de Guillem». Que vienen a demostrar que el público lo encuentras cuando haces lo que solo tú puedes hacer. Es necesario felicitar a las tres partes todo lo que han avanzado sin hacer ningún ruido en la normalización de este tema. Sinceramente pienso que los directores de las tres televisiones saben hacia donde tenemos que ir actualmente en las relaciones como medios pero ahora hace falta un paso más y culminarlo: la reciprocidad también tendrá que implicar no solo el intercambio de señales sino sobretodo en la creación de plataformas conjuntas. Es absolutamente anormal que la plataforma audiovisual «Bon dia» no esté integrada por las tres televisiones, es inexplicable que una propuesta como MoodZ no esté planteada en el conjunto de las televisiones y es económicamente absurdo que no juntemos los pocos recursos de que disponemos para hacer contenidos a tres bandas altamente competitivos y de calidad. Multiplicaremos el presupuesto, el público y la audiencia. Y todo esto no pasa por Madrid sino por Sant Joan Despí, Burjassot y Calvià. Profundicemos este eje que se ha iniciado.

Nos va el futuro de la lengua, el futuro del audiovisual y el futuro de miles de puestos de trabajo del sector. Ahora es el momento. O actuamos todas y todos cada cual desde su ámbito para hacerlo posible o será definitivamente un tema más aparcado en un cajón y los éxitos de audiencia de la «Muerte de Guillem» serán una honorable anécdota y el que perdurará realmente en nuestras pantallas será la nefasta herencia de Camps.

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