Parc Sagunt, tres empresas en el polígono industrial “más grande de Europa”
Se estrenaba 2002, Cristóbal Montoro era ministro de Hacienda y Eduardo Zaplana President de la Generalitat. La SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y el Sepiva (dependiente de la Generalitat) presentaban “el mayor parque empresarial de Europa”, Parc Sagunt, con una inversión de 252 millones de euros para desarrollar 15 millones de metros cuadrados de suelo industrial en dos fases.
Zaplana se refirió entonces a que este proyecto generaría entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo y que produciría una inversión inducida de unos mil millones de euros, mientras que Montoro explicaba que éste era un “proyecto de futuro y el exponente de una Comunidad que está protagonizando su desarrollo económimco”.
En octubre de 2007, el President de la Generalitat, Francisco Camps, inauguraba la primera fase de Parc Sagunt supuestamente con el 80% de sus parcelas adjudicadas. Entre las cincuenta empresas que se iban a instalar, invirtiendo unos 1.600 millones de euros para la creación de 4.500 empleos directos, se encontraban Ros Casares, Grupo Celsa, Dacsa, La Meta, Zuvamesa, Seur...
Sin embargo, 11 años después de la presentación del proyecto y seis después de su inauguración, el proyecto cuenta con tan sólo tres empresas (según la propia web del parque empresarial): Zuvamesa (una planta de elaboración de zumos de cítricos), Disber (dedicada a la elaboración y venta de lotes y regalos de Navidad) e Inlet (cuya actividad se centra en la importación y distribución de productos congelados, pescados y mariscos). Aunque a éstas habría que añadir Jofemesa, que está ubicada junto a Disber.
Entre las tres cuentan con alrededor de un centenar de trabajadores, muy lejos de los 25.000 ó 30.000 anunciados por Zaplana. El futuro de la segunda fase es tan oscuro que pocos, por no decir nadie, confía en que se vaya a desarrollar nunca, una ampliación que incluía una conexión directa con la AP-7.
En cuanto a Parc Sagunt I, los proyectos no han acabado concretándose o han ido cayendo y las deficiencias del polígono no han ayudado a atraer inversiones. Las infraestructuras no son las más adecuadas, con unos accesos y unos servicios insuficientes, con lo que las parcelas del macroproyecto del Partido Popular se han convertido en solares repletos de matorrales.
Y ello pese a la excelente ubicación del polígono, muy bien conectado por carretera (V-21, V-23, AP-7), con el puerto marítimo de Sagunto a apenas unos minutos y próximo a los aeropuertos de Manises (20 minutos) y Castellón (unos 40 minutos). Eso sí, la conexión ferroviaria todavía está pendiente, como tantas otras actuaciones.
Falta de impulso
El diferente color de las tres administraciones implicadas en muchos momentos en el proyecto ha sido utilizado como excusa para no apostar por una iniciativa muy ambiciosa en su día. Sin embargo, en la actualidad coincide el PP en el Gobierno Central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Sagunto, y Parc Sagunt sigue prácticamente igual, sin ningún avance desde hace años.
Tal vez no se ha hecho todo lo que se podía para desarrollar un proyecto que pretendía ser el buque insignia de la economía valenciana, que comenzó con un precio del metro cuadrado de 150 euros allá por febrero de 2006 y que se ha rebajado hasta 99 euros este mismo año, aunque parece que esta medida aún no es suficiente, y más si tenemos en cuenta que el precio del metro cuadrado de suelo industrial en Valencia ronda los 50 euros.
En definitiva, Parc Sagunt se ha convertido, como otras muchas iniciativas del Partido Popular valenciano, en otro de esos megaproyectos que se ha quedado a medias, con ínfulas iniciales de grandeza pero que no ha acabado de mostrar todo el potencial que se le presuponía.