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Alfonso Grau se enfrenta a seis años de prisión en el juicio que empieza hoy por aceptar relojes de lujo de un contratista

Alfonso Grau, en un control de la Guardia Civil

Europa Press

El exvicealcalde de València con el PP Alfonso Grau se sienta desde este lunes en el banquillo acusado de blanqueo y cohecho por supuestamente aceptar dos relojes de lujo de un contratista del Ayuntamiento, cambiarlos por otros más caros y pagar la diferencia. Junto con Grau, la sección segunda de la Audiencia de Valencia también juzga al empresario Urbano Catalán, responsable de Transvia y Viajes Privilege.

El Juzgado de Instrucción número 19 de València decidió en enero de 2018 la apertura de juicio oral contra Grau -también investigado en el conocido como caso Imelsa- y Catalán por presuntos delitos de blanqueo de capitales y de cohecho. La Fiscalía Anticorrupción solicita para Grau una pena de seis años de prisión y el pago de una multa de 75.000 euros, mientras que para el empresario reclama un año de cárcel por cohecho.

En concreto, está previsto que el juicio se celebre en la Sala Tirant I de la Ciudad de la Justicia de València en ocho sesiones los días 1, 2, 3, 4, 8, 9, 10 y 11 de abril a partir de las 9.30 horas, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).

En esa resolución judicial, el magistrado instructor indicaba que no era preciso abrir en ese momento la pieza de responsabilidad civil y/o pecuniaria puesto que no se había concretado las posibles responsabilidades en las que habrían incurrido los acusados y porque tampoco existía una resolución firme que les condene.

Esta causa se abrió a finales de 2015, cuando el juzgado recibió una denuncia de la Fiscalía contra ambos procesados. Según el escrito fiscal, Transvia regalaba supuestamente a cambio de contratos relojes de alta gama al exvicealcalde, que el exedil del PP en el consistorio presuntamente cambiaba por otros de precio superior y abonaba la diferencia, sistema que constituiría un blanqueo.

Los investigadores han podido rastrear esta actuación porque en los relojes figura el número de serie, que han podido cotejar en el establecimiento donde se hacían los cambios, y así comprobar el proceso.

Entre 2006 y 2015, mercantiles relacionadas con Urbano Catalán firmaron con el Ayuntamiento un total de 16 contratos por un importe aproximado de 2,5 millones de euros. Uno de ellos, una fiesta de personas mayores adjudicado a Transvia por 652.748,55 euros. El resto hacen referencia a adquisiciones de vehículos, servicios de alojamiento y manutención del Certamen Internacional de bandas y otra serie de transportes.

El primer regalo se registró en 2010, cuando Grau adquirió de una conocida joyería de València un reloj de oro por importe de 25.680 euros que fue satisfecho parcialmente mediante la devolución de otro que costaba 13.500 euros y que le fue regalado por el empresario Urbano Catalán y facturado a Viajes Transvia.

Según estima el fiscal, este obsequio se efectuó en atención al cargo de teniente de alcalde y concejal del Ayuntamiento de València que ostentaba en ese momento Grau, por las relaciones comerciales existentes entre las empresas de las que el empresario era apoderado y el consistorio.

Con esta actuación, agrega el ministerio público, Grau compró un reloj nuevo obteniendo un “evidente lucro económico” ya que un reloj que valía 25.680 euros le costó 12.160 gracias al que le había regalado el empresario. Pagó la diferencia en metálico.

La compra, el día de la adjudicación

Similar operativa se llevó a cabo con el segundo obsequio a finales del año 2011. Catalán compró en la joyería un reloj el mismo día en que la mercantil Transvía recibió la adjudicación del contrato del consistorio de la fiesta de mayores por más de 652.000 euros.

Para ocultar el origen ilícito de este reloj --valorado en 11.575 euros--, Grau, al igual que había hecho anteriormente, lo devolvió y compró otro que le costó 16.825 euros. Pagó 5.250 euros en efectivo. Sobre este último pago, declaró a Hacienda que el dinero lo guardaba en su domicilio.

Para sacar adelante este contrato con Transvía, Grau intervino en las Juntas de Gobierno Local del Ayuntamiento en julio, octubre y noviembre de 2011. En un escrito que presentó Viajes Transvía se hacía constar que los objetos adquiridos a la joyería correspondían a artículos de regalo de empresas que la entidad realiza “según los usos y costumbres”.

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