Ser mujer es un factor de riesgo para desarrollar Covid persistente. Un estudio de la Universitat de València y la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha analizado los sesgos de género en el desarrollo de la enfermedad derivada del SARS-CoV-2 en los pacientes hospitalizados y concluye que las mujeres desarrollan más síntomas a largo plazo que los hombres, pese a que en el momento de la infección son similares.
El estudio analiza a pacientes ingresados en cinco hospitales durante la primera ola de la enfermedad, desde marzo de 2020, y sigue su evolución ocho meses después. Según sus conclusiones, publicadas en la revista Journal of Clinical Medicine, tras el periodo analizado la cantidad media de síntomas experimentados por las mujeres después del alta hospitalaria era de 2,25 frente al 1,5 en el caso de los hombres. Los síntomas más comunes de Covid persistente que recoge la investigación son fatiga, disnea (dificultad respiratoria), dolor, pérdida de cabello, problemas oculares, depresión y problemas de sueño.
Desde el inicio de la pandemia se ha apuntado a posibles sesgos de género en el impacto de la enfermedad, tanto en lo que se refiere a la vulnerabilidad por roles sociales como a los factores biológicos. El estudio publicado este lunes supone la mayor cohorte analizada hasta la fecha e indaga sobre esas diferencias relacionadas con el sexo de la persona afectada. “Reconocer que la COVID-19 afecta de manera diferente a mujeres y hombres es un paso crucial hacia una mejor comprensión de la fisiopatología y la naturaleza de las secuelas y síntomas post-COVID y la promoción de soluciones de atención médica individualizadas”, destaca Esperanza Navarro-Pardo, profesora del Departamento de Psicología Evolutiva de la UV y participante en la investigación.
La mortalidad ha tenido un mayor impacto en los hombres, según apuntan varios estudios, y los expertos consideran relevante ver las diferencias entre la mortalidad, la sintomatología y el impacto a largo plazo de la enfermedad por sexos. En los primeros días de la infección la sintomatología apenas difiere por sexo, pero a medida que se agrava o se prolonga la situación aparecen las diferencias. “Es muy interesante ver como las mujeres sobreviven en mayor proporción que los hombres a la infección aguda por COVID-19 pero desarrollan más síntomas después”, apunta César Fernández de las Peñas, primer firmante del estudio y profesor del Departamento de Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Rehabilitación y Medicina Física de la URJC.
Los autores destacan que pese a que patologías previas como la hipertensión, la diabetes o los trastornos cardiovasculares se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad grave o mortalidad en la fase aguda de la infección, no se ha encontrado que estas variables tengan efectos en la sintomatología posterior a la COVID-19. “Esto podría estar relacionado con el hecho de que esta enfermedad es más prevalente en los hombres, los cuales muestran mayor severidad de la infección y mayor tasa de mortalidad”, apuntan las universidades.
El equipo investigador considera que las causas del distinto impacto serían las diferencias biológicas en la expresión de la enzima convertidora de la angiotensina-2 (ACE2) y de los receptores transmembrana entre hombres y mujeres, además de diferencias inmunológicas como menor producción de interleucina-6 proinflamatoria después de la infección viral en mujeres. No obstante, apuntan, los mecanismos subyacentes aún tienen recorrido en la investigación. En el trabajo, además, por parte de la UV también participan los investigadores José Martín y Óscar Pellicer, del Intelligent Data AnalysisLaboratory de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSE-UV) y profesores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX).