Un año después de la imputación de Emilio Bascuñana, el pleno del Ayuntamiento de Orihuela debate la moción de censura que puede dejar al PP fuera de uno de sus feudos en la Comunitat Valenciana. El alcalde del municipio alicantino, médico de profesión, resultó imputado por malversación en marzo de 2021 acusado de cobrar de la Conselleria de Sanidad en la época del PP sin que conste que asistiera a su puesto de trabajo durante seis años. Fue el departamento autonómico el que trasladó la denuncia a la Fiscalía en 2019, estimando un importe sin justificar de 202.000 euros.
Pese a estar tres años bajo sospecha, no fue hasta hace un mes que los concejales de Ciudadanos, sus socios de gobierno durante dos mandatos, decidieran romper el acuerdo y pactar una moción para un cambio en la alcaldía de Orihuela con los socialistas. En base a este cambio de criterio, desautorizado por la dirección nacional de Inés Arrimadas, Emilio Bascuñana y el PP valenciano han tratado de desacreditar por todos los medios el acuerdo, que tuvo que ser suscrito ante un notario.
Los populares han intensificado sus declaraciones públicas en la última semana denunciando una serie de irregularidades de sus exsocios en el gobierno local y acusando al resto de grupos de tener intereses ocultos en la moción. “Huele mal”, dijo Carlos Mazón, presidente del PP valenciano, que acusó a Ximo Puig de urdir la estratagema y reclama a los de Arrimadas que frenen a sus concejales. El propio Bascuñana ha admitido conversaciones con otros concejales, sin especificar el grupo, y asegura sentirse esperanzado con que la moción no prospere, sin ofrecer más detalles al respecto. Con el intento fallido de una moción similar en Murcia, que terminó desatando varias crisis de gobierno, el ambiente previo a la votación resulta tenso.
Suspensión de militancia
La formación naranja, por su parte, medita si sancionar a los cinco concejales que han roto el pacto municipal. El comité provincial de Ciudadanos, reunido en Alicante el pasado jueves, ha reclamado a la dirección nacional que tome las medidas necesarias para evitar que prospere la moción de censura, entre ellas la suspensión de militancia de los cinco ediles. En la dirección autonómica optan por ignorar el problema y aseguran que la relación con el PP es la misma de siempre.
El pleno del Ayuntamiento de Orihuela cuenta con 27 concejales y los firmantes de la moción de censura suman 14, mayoría absoluta. Para que fracasara la moción, dos de los firmantes, ya fuera del PSPV, Ciudadanos o Cambiemos Orihuela (Podemos), deberían romper su compromiso. Desde la bancada socialista, donde Carolina García asumiría el mando de confirmarse el guion, lanzaban al PP otro mensaje: “De nada les servirán las llamadas y ofrecimiento de beneficios políticos a concejales del PSOE con el fin de que voten contra la moción de censura. Están pinchando en hueso”. El que pueda ser el último debate de Bascuñana en el pleno arranca este lunes a las 12 de mediodía.