El PP consuma la entrada de la extrema derecha en la Generalitat Valenciana con la investidura de Carlos Mazón

Laura Martínez

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El PP consuma la entrada de la extrema derecha en las instituciones valencianas con la investidura de Carlos Mazón. El líder de los populares valencianos ha sido elegido presidente de la Generalitat Valenciana este jueves con el apoyo de los 13 votos del grupo parlamentario Vox, a que entrará a formar parte de un gobierno de coalición y ya ostenta la presidencia de las Corts Valencianes. En total, Mazón ha recibido 53 apoyos, cuatro por encima de la mayoría absoluta, en una votación que se ha producido a las tres y media de la tarde, tras más de cinco horas de sesión parlamentaria.

Mazón firmó un acuerdo exprés con la formación ultra para gobernar en conjunto tras una reunión de tres horas, días después de afirmar que su “línea roja” era un gobierno en solitario y eludir los pactos con la formación de extrema derecha. Dos días después, PP y Vox suscribieron un pacto de gobierno con 50 medidas para gobernar en coalición, que incluía que Vox encarnaría la segunda autoridad valenciana al tener la presidencia del Parlamento, una vicepresidencia de la Generalitat con competencias en Cultura y los departamentos de Justicia y Agricultura. El pacto de gobierno apunta a la creación de una oficina antiocupas, derogación de las leyes de memoria, una bajada de impuestos a los grandes patrimonios y elimina las referencias a la violencia de género y al cambio climático. También que el número dos del Consell será el extorero Vicente Barrera, nombrado a propuesta de Vox.

Este jueves, durante su intervención, Mazón ha ido ampliando el boceto de su gobierno: tendrá otra vicepresidencia con competencias en Igualdad, apartándolas de Vox. Este departamento “coordinará todas las políticas transversales en materia de igualdad del Consell”, ha apuntado el presidente electo. El anuncio se realiza tras varias semanas de críticas a la ausencia de compromisos en igualdad en el pacto y a la negación reiterada de Vox sobre la violencia machista, llegando a apartarse la presidenta de las Corts Valencianes de la pancarta durante el último minuto de silencio.

El acuerdo con la ultraderecha y el rechazo a lo que hasta la fecha habían sido consensos básicos entre partidos han centrado las réplicas al presidente electo, que tomará posesión del cargo en un pleno el próximo lunes. El líder del PSPV, Ximo Puig, presidente del grupo parlamentario, le ha pedido que concrete “¿Qué pasará con las mujeres maltratadas? ¿Qué pasará con la cultura libre? ¿Qué pasará con la convivencia?” y ha criticado el “negacionismo” que pueda “secuestrar” la Generalitat Valenciana. Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha denunciado la “censura” de sus socios de gobierno en municipios como Borriana, y ha criticado que se vanaglorien de la “inquisición” retirando obras y publicaciones, al tiempo que ha insistido en que hay un acuerdo más allá de lo escrito. “El pacto ha sido el siguiente: El PP asume el discurso de odio de Vox y se olvida de hablar de violencia de género, a cambio, Vox le deja en sus manos el 95% del presupuesto”, ha afirmado el portavoz valencianista, en referencia al reparto de competencias, y después ha ironizado: “Se ha comido el discurso de Vox de cabo a rabo”.

Los dos diputados han ofrecido varios acuerdos a Mazón, que el dirigente ha recibido con buen talante, en el tono distendido que lo caracteriza, llegando a decir al diputado valencianista que le entretiene mucho. Puig le ha tendido la mano en medidas sobre violencia machista y defensa del valenciano, mientras que Baldoví le ha ofrecido un pacto por la sanidad pública. Vox le ha pedido que no se deje tentar.

La portavoz de la formación ultra, Ana Vega, ha sido la más severa en su tono. Ha prometido derogar todas las medidas de la izquierda de los últimos ocho años, “eliminar toda estructura política y asociativa que las sustenta” y “toda la basura ideológica de la izquierda”, a la que ha acusado de políticas de persecución y discriminación. Vega ha agradecido a Mazón el lugar en el que ha colocado al partido, pero le ha advertido que su formación no dejará pasar ni una y exigirá el cumplimiento de todos sus compromisos: “No vamos a arriar ni una sola de las banderas que hemos levantado hasta ahora”, ha apuntado, al tiempo que ha señalado que Vox “hará de la batalla cultural una de sus prioridades”. Mazón le ha replicado subrayando los puntos en común y comprometiéndose al diálogo. Sin duda, la entrada de la extrema derecha condicionará el gobierno autonómico.

Primeras medidas

El PP ha insistido durante todas las intervenciones de la sesión en que planteó reuniones con los tres grupos parlamentarios antes de llegar al acuerdo con la ultraderecha. La apelación a los pactos ha estado presente en toda la sesión de control, en aras de promocionar un carácter moderado, con el PSPV y Compromís, a quienes ha recordado un acuerdo para que tuvieran representación en la Mesa de las Corts Valencianes.

Mazón ha prometido bajadas de impuestos, la derogación de la tasa turística, la defensa del trasvase Tajo-Segura y la derogación del decreto de plurilingüismo, en defensa de la “libertad educativa”. También ha prometido que impulsará una nueva ley de señas de identidad, medidas contra las ocupaciones ilegales de vivienda y la construcción de viviendas públicas.

En Sanidad, una de sus medidas será la derogación “del requisito lingüístico encubierto” -los médicos están exentos de esta obligación, que es para ellos un mérito- para acabar “barrera idiomática” . Y en política lingüística, la supresión de ayudas “a quienes quieran imponer 'els païssos catalans'”.