El PP pacta con Vox crear una sección específica para los libros LGTBI en las bibliotecas valencianas

Laura Martínez

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Los contenidos sobre sexualidad y diversidad para jóvenes vuelven al debate parlamentario valenciano. El Parlamento autonómico aborda la idoneidad de que los libros de educación sexual y con enfoque LGBTI sean accesibles para menores en las bibliotecas públicas, un debate provocado por una iniciativa de la extrema derecha que sigue la estela de otros gobiernos reaccionarios. PP y Vox han aprobado en las Corts Valencianes que los municipios de más de 25.000 habitantes tengan secciones específicas para este material que, tras una enmienda del PP, da lugar a un texto lo bastante ambiguo como para que quepa en el marco de la ultraderecha.

La enmienda de los populares, aceptada por sus socios de gobierno de Vox, deja la iniciativa así: las Corts instan a las bibliotecas públicas a “la creación de una sección específica en materia de diversidad sexual, familiar, de género, y de desarrollo sexual respetuoso con los derechos humanos”. Los contenidos, sigue el texto, “estarán secuenciados por niveles educativos y elaborados bajo criterios estandarizados desde un punto de vista científico, objetivo y no doctrinal conforme a la normativa vigente”.

Vox presentó un texto que, a imagen de Florida o Hungría, reclamaba que estos contenidos estuvieran alejados de las secciones infantiles de las bibliotecas públicas. El grupo tomó el ejemplo del gobierno local de Burriana (Castellón), donde tienen las competencias en Cultura, que ordenó la retirada de libros con “contenido sexual” de la sección infantil y su traslado “a una nueva área especial para adultos que se ha creado para tal fin”. El concejal de extrema derecha Jesús Albiol, que es el mismo diputado que ha defendido la iniciativa en Corts, justificó que la ley de bibliotecas indica que los contenidos en diversidad deben estar en un marco específico, pero haciendo un uso retorcido del lenguaje, vincula el material que aborda la identidad sexual o la educación en diversidad con contenidos sexuales para adultos que perjudican “la inocencia” de los menores. Sin mencionarlo explícitamente, alude a un material que en el imaginario colectivo se entiende como pornografía.

En la defensa de la iniciativa, el diputado y concejal insiste en que Burriana debe marcar el camino y que estos libros son inapropiados. “Les estamos diciendo a los niños que tienen que conocer su sexualidad a través de juegos”, censura el diputado de Vox, que insiste: “La inocencia de los niños hay que protegerla”. La intervención de Albiol recuerda a la de la presidenta de las Corts, Llanos Massó, que cuando fue diputada en la oposición afeó a la consellera de Educación de Compromís que hubiera dibujos de penes en algunos libros de texto, y dijo: “Dejen a los niños en paz”.

El texto presentado por Vox considera la acción de Burriana “un ejemplo para todos los municipios de la región como una medida precisa y eficaz para velar por el bien superior del menor y garantizar la libertad de los padres” y consideraba estos libros un “tipo de materiales” que “conforme demanda un sector importante de la población y principalmente familias, debiera estar en lugares de la biblioteca en una sección específica fuera del alcance de los menores”. En concreto, la redacción defendida por los ultras pide a las Corts que insten al Consell a “solicitar a todas las bibliotecas públicas de la Comunidad Valenciana, en los municipios de más de 25.000 habitantes, la creación de una sección específica y traslado a dicha sección de todos los materiales de la biblioteca con contenidos en diversidad sexual, familiar, de género y de desarrollo sexual respetuosos con los derechos humanos. Esta sección deberá ser independiente del resto de secciones, en especial de la sección infantil”.

Por contra, Compromís y el PSPV han reclamado que se deje al personal de las bibliotecas colocar el material como consideren, en función de lo que marca la ley, y que no se “manosee políticamente” la disposición de los libros en los centros públicos. Los bibliotecarios tienen criterio propio para la creación de secciones, insiste la oposición, que ha votado en contra de esta medida porque cree que es un paso más en la censura que ejecuta la ultraderecha parlamentaria.