La exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, volvió este martes al Senado para jurar su cargo deseando regresar a la capital valenciana y meterse “en la cama”. El senador de Compromís, Carles Mulet, ha lamentado esta “escenificación” de la “normalidad” con la presencia “bien visible” de Barberá en la primera fila de escaños del grupo popular en la Cámara Alta, que en su opinión demuestra la “falta de ética” de un Partido Popular que “jalea y bendice” esta situación. En este sentido, apunta el parlamentario castellonense que la exprimera edil valenciana ocupó uno de los asientos azules de primera fila que suele ocupar el Gobierno en actos protocolarios, “para que no quedase oculta en ninguna foto”.
Denuncia Mulet que Rita Barberá, desde julio de 2015, sólo ha intervenido dos minutos en un pleno y que en la pasada legislatura -la que se inició tras las elecciones del 20 de diciembre- sólo ha acudido a dos de los cuatro plenos convocados. “A pesar de ello, ha cobrado religiosamente cada mes 1.822,38 euros de indemnización por vivir fuera de Madrid y 2.813,91 euros mensuales de salario, a los que hay que sumar los 1.431 euros cuando ha sido presidenta de comisión”, apunta el senador de Compromís, quien considera “un insulto a los ciudadanos” que la representante popular “diga sin despeinarse que sólo piensa en volver a la cama el tercer día que acude al Senado a sentarse en su escaño por tres horitas”.
A juicio del parlamentario valencianista, la renovada mayoría absoluta del PP en el Senado, “con un 30% de los votos, les permite regodearse y pensar que ese resultado les perdona todas sus fechorías, cuando lo que demuestra es la injusticia de este sistema de elección de senadores”.