En el proceso de negociación entre Ciudadanos y los partidos del Pacto del Botánico para aprobar los Presupuestos de la Generalitat Valenciana siempre hay un último escollo o un último fleco que cortar. Las plazas en residencias de mayores, las ayudas a autónomos y el fondo para apoyar a la hostelería y el ocio nocturno y la subida de impuestos. De las líneas rojas que planteó el síndic de la formación naranja, Toni Cantó, la cuestión fiscal parece eternamente atascada.
El portavoz de Ciudadanos mantuvo un encuentro este lunes con el president de la Generalitat, Ximo Puig, para tratar de cerrar in extremis el apoyo a los Presupuestos del Botánico para 2021, unas cuentas que no necesitan el apoyo de la formación naranja porque los partidos progresistas ya suman mayoría absoluta pero cuyo voto implicaría aumentar el respaldo de las cuentas para la reconstrucción a tres quintas partes del parlamento, aislando al PP y al grupo de extrema derecha Vox. Para Ciudadanos es importante mostrarse como un partido de centro y útil en momentos de crisis, capaz de aportar soluciones; para los socialistas, que el presidente Puig sea capaz de sumar a un partido que lleva años cargando contra sus políticas, con cierto recelo de sus socios de Gobierno.
Al finalizar el encuentro en el Palau de la Generalitat, Cantó expresaba ante los medios de comunicación en las Corts Valencianes que su voto favorable a los Presupuestos y a la Ley de Medidas Fiscales va condicionado a una bajada de impuestos para las rentas inferiores a 50.000 euros anuales, dado que las ayudas al sector hostelero y turístico serán incrementadas en 76 millones de euros. Cantó plantea una reducción de medio punto en el tramo autonómico del IRPF que, según el sistema impositivo, termina afectando a las rentas superiores -el IRPF se aplica por tramos que se acumulan y un cambio en los tipos bajos también beneficia a los altos, aunque en menor medida-. El ahorro anual para los tramos más bajos estaría en torno a los 150 euros en impuestos anuales, con un impacto en la recaudación de 100 millones de euros.
Compromís y Unides Podem defienden que la reforma fiscal del Botánico ya fue pactada hace un mes como enmienda a la Ley de Acompañamiento y no están dispuestos a alterar sus previsiones si la propuesta de Ciudadanos no compensa la recaudación con las rentas más altas. El portavoz de Compromís, Fran Ferri, expresaba que supone una “mengua de impuestos” y ha emplazado a la formación a presentar una propuesta que no altere estas previsiones, dado que la de Ciudadanos implica “perder dos millones, o 20 o 30” sobre la reforma del Botánico.
Por su parte, la portavoz de Unides Podem en las Corts, Naiara Davó, afeaba al portavoz naranja que se esté “poniendo en el centro de un debate donde no es necesario”, y ha considerado que “puede ser que diga que está a punto de llegar a un acuerdo porque quizá se ha dado cuenta de que la mejor reforma fiscal es la que ha aprobado el Botànic y va a votar a favor”. “Allí donde hay rentas más bajas que no llegan a 13.000 euros, el ahorro será de alrededor de 67 euros, mientras que en las de 50.000 tendrán un ahorro de 187. Una renta cuatro veces superior tendrá un ahorro tres veces más grande”, estimaba la parlamentaria, que ha criticado que la propuesta de Ciudadanos “no cumple la progresividad”. Mientras, los socialistas emplazan a sus socios a una nueva negociación y consideran que hay margen para presentar “ofertas y contraofertas”, aunque su portavoz, Manolo Mata, cree que “en estos momentos es difícil de asumir”. El margen de negociación acaba este martes por la noche, cuando los diputados tendrán que decidir su voto telemático, que se materializará el miércoles en la Cámara.