La presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV), Pilar de la Oliva, cargó en su discurso de despedida contra las “injerencias externas” y los “intereses ajenos” en la judicatura valenciana. La salida de Pilar de la Oliva y sus duras declaraciones revelan importantes presiones en los últimos años sobre la judicatura valenciana. La presidenta, que suele siempre tener una actitud discreta y ponderada, habría trasladado en privado a distintas instituciones su malestar por la actividad en los juzgados de representantes políticos que antes fueron jueces, según ha podido saber este periódico. Personajes que siguen mandando —y mucho— en la judicatura valenciana y que son filtros para importantes puestos elegidos por el Consejo General del Poder Judicial. En ese sentido, se habría mostrado harta e indignada con esta situación.
Ante una amplia delegación de representantes institucionales, la presidenta del TSJ-CV reivindicó el pasado miércoles la “senda” de la independencia a pesar del “coste personal importante” que supone. “A veces incluso resulta incomprendida por algunos que precisamente deberían tener esa premisa en su más alta consideración por su pertenencia a la carrera judicial”, dijo. “Pero asumo, he asumido y asumiré siempre ese coste porque no existe otro camino posible”, apostilló.
Pilar de la Oliva expresó su deseo de que los proyectos de construcción o reforma de los edificios judiciales, especialmente el Palacio de Justicia, sede histórica del TSJ-CV actualmente en proceso de rehabilitación, acaben en breve.
“Uno de los símbolos de esa independencia”, sostuvo De la Oliva, “son nuestras sedes judiciales, espacios públicos que deben caracterizarse por su neutralidad, pues en ellos ejerce un Poder del Estado y por esa misma razón han de ser destinados exclusivamente a la más alta responsabilidad de impartir Justicia, siempre al servicio del ciudadano, sin injerencias externas ni intereses ajenos a ese cometido último”.
La presidenta del TSJ-CV, en su último acto de apertura del año judicial, radiografió el estado de los juzgados valencianos, que registraron en el primer trimestre de 2024 un aumento del 20% de los asuntos ingresados en los órganos judiciales en el primer trimestre de 2024. De la Oliva, al frente del alto tribunal autonómico desde 2010, advirtió de la crisis de confianza que sufre la justicia en España. “Cada vez existe más desconexión entre los ciudadanos y los tribunales y es un reto enorme recuperar esa confianza”, afirmó.
También reclamó “evaluaciones continuas de calidad” que midan la capacidad de dar respuesta a las nuevas modalidades delictivas, en materia de crimen organizado o delitos informáticos.
Por otro lado, Pilar de la Oliva destacó la necesidad de que los juzgados de familia y los de violencia de género compartan información para detectar situaciones de riesgo. “Creo en una Administración transversal en lugar de un sistema compuesto de parcelas aisladas y sin comunicación entre ellas”, afirmó.