Los equipos negociadores de PSPV-PSOE, Compromís y Podemos se han reunido para pactar las grandes líneas de un eventual gobierno progresista en la Comunitat Valenciana mientras la tensión crece entre Ximo Puig y Mónica Oltra, los dos aspirantes a la presidencia de la Generalitat.
Oltra se reunió ayer con Carolina Punset, la líder de Ciudadanos (C’s), pese a los ataques furibundos del partido de Albert Rivera contra Compromís. Aunque ambas enmarcaron el encuentro en el diálogo habitual que debe regir la política, la cita –una comida en Valencia- sentó fatal en el PSPV.
“Oltra casi que nos ha ninguneado, eludiendo muchas de nuestras llamadas o mensajes telefónicos para intentar cerrar un gobierno de coalición, y ahora se reúne con Punset. Esta actitud no parece la mejor para conformar un gobierno que trabaje sin fisuras”, dice un cargo del PSPV.
Este partido considera irrenunciable que la presidencia de un bipartito PSPV-Compromís –Podemos tiene casi decidido que no entrará en el gobierno- debe ser para Puig, el candidato más votado (23 diputados) de la izquierda. Oltra, sin embargo, tampoco renuncia a la presidencia. Argumenta que sus diputados (19) más los de Podemos (13) forman un solo bloque ideológico con más apoyo que los socialistas.
En ese contexto, los socialistas no cierran la puerta a su plan B: gobernar en minoría con los 13 diputados de Ciudadanos como apoyo externo. La tensión es máxima y la fecha clave -11 de junio, día de constitución del nuevo parlamento valenciano- se acerca. Ese día –aunque hay hasta dos meses para elegir president (o presidenta) y formar gobierno- se acerca y el objetivo es tener un pacto cerrado para abordar la situación de urgencia de la Comunitat Valenciana a la mayor brevedad.
Sin embargo, no parece que vaya a ser fácil. Puig y Oltra están enrocados. Ayer, protagonizaron otro rifirrafe a cuenta de una eventual presidencia rotatoria de la Generalitat: dos años para Puig y otros dos para Oltra o viceversa. La líder de Compromís no descarta nada y está abierta a estudiar todas las opciones mientras que el PSPV rechazó de plano esa posibilidad.
Definir el qué –las políticas a desarrollar por el nuevo gobierno valenciano- parece fácil. En general, hay sintonía sobre cómo abordar políticas de lucha contra la pobreza, regeneración democrática, nuevo modelo productivo, servicios públicos y auditoría de la gestión del PP y nueva financiación. El quién –el presidente de la Generalitat y otros cargos del Consell- está resultando bastante más complicado.