El nuevo Almacén Temporal Individualizado (ATI) que proyecta Iberdrola junto a la central nuclear de Cofrentes supone un nuevo indicio sobre la voluntad de la compañía de que la planta prolongue su actividad, pese a que su concesión finaliza en el año 2021 y su vida útil caduca en el año 2024.
Como ha informado eldiario.es, las piscinas en las que se almacena actualmente el combustible gastado completarán su capacidad en el año 2021, motivo por el cual se justifica la construcción del ATI, una instalación que deberá estar operativa en septiembre de 2021 y que permitirá que la central siga funcionando de forma segura, hasta que esté construido el Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villas de Cañas (Cuenca).
Sin embargo, según el proyecto básico y el estudio de impacto ambiental al que ha tenido acceso este diario, el ATI cuenta con una capacidad para 24 contenedores de residuos radioactivos y la previsión es de trasladar cinco contendores cada 24 meses. Esto daría daría la posibilidad a la central de funcionar hasta al menos el año 2031.
Además, de ponerse en marcha el almacén centralizado de Villas de Cañas, al que podrían trasladarse residuos de Cofrentes, aún daría más opciones de prolongar la vida útil de esta planta incluso más allá de 2031, puesto que la ATI tiene una durabilidad estimada de 50 años.
Hasta ahora Iberdrola no ha manifestado oficialmente su decisión de ampliar el funcionamiento de la central, aunque sí que ha dejado entrever su voluntad.
El director de la central, Tomás Lozano, compareció el pasado mes de julio en las Corts valencianas a petición del PSPV-PSOE y Compromís -apoyada por Podemos- para dar cuenta de la construcción del mencionado almacén.
El director insistió en que la construcción del almacén es necesaria e independiente del proceso de continuidad. Respecto a la posibilidad de alargar la vida útil del centro, señaló que es un debate político en el que ni la central ni Iberdrola van a entrar, aunque consideró que la energía nuclear es “necesaria” para “la transición del modelo energético”.
Por su parte, el Ministerio de Energía comunicó ese mismo mes la orden por la que concede más tiempo a la central de Cofrentes -también a la de Trillo y Ascó- para renovar sus permisos. De no haberse producido la modificación, Iberdrola tendría que haber solicitado la renovación en 2018. Ahora se podrá retrasar hasta 2020.
12 incidentes en un año
La central nuclear de Cofrentes confirmó el pasado día 20 que la instalación ha notificado al Consejo de Seguridad Nuclear hasta doce sucesos en un año, aunque negó que ésta suponga un riesgo para los ciudadanos: “Cofrentes se mantiene en el mejor nivel de seguridad y es absolutamente segura”.
Estos incidentes “no han afectado a personas, a la instalación ni al medio ambiente”. Y todo esto se produce en vísperas de que Iberdrola solicite la renovación de la explotación, que caduca en 2021.