Rita Barberá gasta lo mismo en luz que en inversiones
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha presumido repetidamente de tener la “ciudad mejor iluminada de Europa” gracias a las más de 90.000 farolas de la urbe, una por cada 9 habitantes. Ahora, sin embargo, el consistorio sufre para pagar la luz. El ayuntamiento gastará en 2013 cerca de 25 millones de euros en esta partida, un 56% más de lo previsto (16,1 millones) y casi lo mismo que el presupuesto de inversiones de 2014, de 30 millones.
Según denuncia el PSPV, este incremento se debe al pago de facturas atrasadas – el ayuntamiento ha llegado a deber 15 millones de euros a Iberdrola, su suministrador- y tras haber triplicado “el consumo energético del alumbrado público”, tal como denunciaron los socialistas ya en 2010. Barberá gobierna en Valencia desde 1991.
Aunque en 2010, aprovechando el Plan E impulsado por el gobierno de Zapatero, se invirtieron 8 millones de euros en la renovación o colocación de luminarias, desde entonces Valencia intenta recortar su mastodóntico gasto en luz. Para ello, se ha impulsado el ahorro mediante apagados selectivos, disminución de la intensidad o la colocación de bombillas LED, de menor consumo. Sin grandes resultados, dada la deuda acumulada y el imparable crecimiento del precio de la energía en los últimos años.
Iberdrola, además, ahora aprieta. En 2012 ya cortó la luz de varias dependencias municipales por impago. La airada reacción de Barberá, que crítico a las compañías eléctricas, tuvo reacción rápida de la patrona del sector, que la invitó a que muestre “con aquellos que están pasándolo mal” la misma “solidaridad” que ella exige, en referencia a que el ayuntamiento embargaba a ciudadanos que no había pagado sus multas por aparcar en doble fila.
Gasto y consumo disparados
El gasto y el consumo de luz están disparados desde hace tiempo. En 2007, Valencia gastó 13,5 millones de euros, casi la mitad que ahora, aunque gran parte del incremento debe al pago de atrasos. Lo abultado de la factura, en línea con el de ciudades mucho más grandes como Madrid o Barcelona, tiene una explicación sencilla. Con los sucesivos gobiernos de Barberá, Valencia ha llegado a consumír 127 kilovatios por hora y habitante, frente a los 61 de la capital de España o los 57 de la capital catalana. Tener la “ciudad mejor iluminada de Europa” no sale gratis.