Salvador Navarro, presidente de la patronal valenciana: “Madrid, ni nos odia, ni nos quiere, simplemente no estamos”

Salvador Navarro (valència, 1963), es presidente de Ade Logística y el pasado 27 de enero fue reelegido para presidir cuatro años más la patronal autonómica valenciana CEV (organización que dirige desde hace una década, cuando era de ámbito provincial). Además es vicepresidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales). Navarro fue proclamado presidente de la organización empresarial autonómica por unanimidad y le acompañan Joaquín Pérez como dirigente provincial en Alicante, Luis Martí en Castellón y Eva Blasco en Valencia.

Lo primero de todo, ¿Qué balance hace de los últimos cuatro años al frente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV)?

Antes que nada hay que decir que estos cuatro años vienen de los seis anteriores, en los que empezamos a realizar cambios: tuvimos que hacer dos EREs (Expediente de Regulación de Empleo); redujimos estructura de fundaciones y confederaciones; tuvolugar la fusión de CEV y Cepyme; conseguimos independencia económica desde 2011; dejamos de hacer formación, que consistía en cursos de inglés, word y excel que no aportaban mucho valor añadido... un proceso que culmina en la constitución como organización autonómica. En estos cuatro años hemos apostado por reforzar el papel de mujer -en 2018 teníamos el 18% y este año llegamos al 30% entre los vocales de la junta directiva, que sin ser lo que queremos, no está mal-, hemos apostado por la vertebración del territorio, acabando con los 'reinos de taifas' que ha habido tradicionalmente. Uno de los problemas que hemos tenido ha sido la nula vertebración del territorio, que ha debilitado a la propia comunidad en la defensa de sus intereses, con Alicante que siempre ha estado distanciada de València, y eso había que resolverlo. A Alicante hay que darle el 'cariño' que se merece y València no puede hacer como Madrid; tiene que descentralizarse y mirar, no sólo a las provincias, sino a las comarcas.

Al final de todo este camino, lo que hemos conseguido es tener una patronal independiente y, sobre todo, proactiva, que es lo que quieren las empresas y los sectores.

Y de cara a los próximos cuatro años. ¿Qué objetivos debe plantearse la CEV como organización y usted como su presidente?

Un punto importante es seguir apostando por el liderazgo femenino y por aumentar la presencia de mujeres en la junta directiva de la CEV. Ojalá la persona que me suceda en la presidencia sea una mujer. Vamos a seguir trabajando con las tres asociaciones de mujeres empresarias y directivas, para que no se queden solas y vayan integrándose en el resto de asociaciones. Seguir vertebrando la Comunidad Valenciana, para mí es fundamental. Yo soy el presidente autonómico y hay tres presidentes provinciales, que tienen que trabajar sectores y comarcas. Si estoy más libre, puedo centrarme en trabajar las instituciones en Madrid, en el ámbito estatal. Tenemos que estar en las instituciones, y el hecho de ser vicepresidente de la CEOE me da juego, pero si además puedo liberarme un poco, eso ayuda. Madrid, ni nos odia, ni nos quiere, simplemente no estamos. Y encontramos un ejemplo de que con trabajo y planes se consiguen las cosas con el corredor cantábrico-mediterráneo, del que hay dos informes hechos, que ya hay 36 trenes de ida y de vuelta a la semana, que hemos cogido más tráfico de mercancías de una zona industrial importantísima que tenía en Barcelona su salida al Mediterráneo y ahora vienen a Castellón y a València. Nosotros reclamábamos a Adif actuaciones y nos decían que para qué iban a invertir si no había tráfico, cuando la realidad es que no había tráfico porque no se invertía, y lo hemos demostrado. Cuando uno lo ha trabajado, es difícil que la otra parte diga que no, a no ser que sea por intereses políticos. Aquí ha habido dejadez, han venido los ministros a plaza ganada, y eso no ocurre en otros territorios. No somos lo suficientemente beligerantes en la política en la presión que debemos ejercer, aunque creo que esto en los últimos años ha cambiado.

Y el siguiente paso debe ser Bruselas, donde incorporamos a una persona en enero de 2020, en el peor momento posible, a las puertas de la crisis de la COVID. Pero Bruselas es la clave para los próximos años, y cada vez más, y la prueba la tenemos con los fondos Next Generation de la Unión Europea. El dinero viene de Bruselas, y hay que estar allí. Tenemos que estar en Madrid y en Bruselas.

El principal hándicap de la Comunitat Valenciana sigue siendo la financiación autonómica...

Por eso tenemos que estar en Madrid, y reclamar inversiones, y una mejor financiación, y la deuda histórica, que algún día tendremos que tratar. Nos preocupa, aunque para Europa la deuda es del reino de España, con lo que esto ya está mutualizado. Alguien se puede molestar, pero para mí es un insulto que recibamos dinero prestado del Estado cuando está demostrado que financieramente somos los más perjudicados. Por eso es muy importante que se cree el fondo de nivelación, que haya unanimidad desde la Comunidad Valenciana, y tengo que agradecer que el Partido Popular se haya sumado a la mesa de la financiación, donde tenía que estar como principal partido de la oposición.

¿Hasta cuándo podemos aguantar sin un nuevo modelo de financiación?

A mí lo que me duele es que estemos aguantando en base al endeudamiento propio de la Generalitat con el FLA (Fondo de Liquidez Autonómico). Podemos aguantar lo que quiera el Gobierno, porque la alternativa es que nos intervenga, porque técnicamente y en el papel estamos para intervenir. Esto es un insulto a los valencianos, y la responsabilidad es de la ministra de Hacienda (María Jesús Montero), por no hablar del ministro anterior. En 2019, la ministra se comprometió aquí a que el nuevo modelo se aprobaría por mayoría y uno es esclavo de sus palabras. El presidente Pedro Sánchez estuvo aquí hace unos meses con motivo del Congreso Federal del PSOE y no dijo ni una palabra la financiación.

¿Cree que va a haber un nuevo sistema de financiación a corto plazo?

No. Si los partidos políticos no son capaces de ponerse de acuerdo en un tema como la reforma laboral, por una cuestión de Estado y con sindicatos y patronal de acuerdo, cómo, con los distintos intereses entre partidos y territorio, van a ser capaces de ponerse de acuerdo acerca de la financiación autonómica.

En la asamblea de la CEV habló usted de “optimizar la fiscalidad autonómica”. ¿Cómo valora iniciativas como la posible implantación de una tasa turística en la Comunitat Valenciana?

A ver, la tasa turística no la vamos a pagar los empresarios. El sector hará de transmisor y al final la vamos a pagar todos los ciudadanos, no los italianos o los franceses, también los valencianos. Aquí hay un modelo distinto al de Roma o al de París. Hay un modelo en la capital, en València, otro modelo en el norte de Castellón, otro en Benidorm, otro mucho más residencial de Alicante hacia abajo... Nosotros, de lo que nos quejamos, es que las cosas, en ocasiones, se pueden hacer mejor de lo que se hacen. Lo digo porque que salgan dos vicepresidentes del Consell diciendo que se quiere crear la tasa turística, de cara a la negociación de los presupuestos con el PSPV, y que el destino final va a ser la vivienda social... A ver, me preocupa la vivienda social, pero eso es otra partida, otros fondos, pero con ese dinero ocurrirá como sucedió con el céntimo sanitario para el transporte, que acabó en la caja única del Estado, y aquí pasaría lo mismo. Ahora se dice que serán los ayuntamientos. ¿A ver qué ayuntamiento quiere plantear la tasa turística?

Lo lógico es que desde el comienzo hubieran cogido al sector y hubieran planteado alternativas, que es lo que van a hacer ahora. Es decir, podemos plantear la tasa turística, que sea municipal o autonómica, que revierta una parte en innovación en el sector, en formación del personal, en mejora de retribuciones salariales, en infraestructuras... pero no crear una tasa turística con la excusa de que el turismo es depredador. Estos mensajes ideológicos/demagógicos quedan muy bien en el Twitter, pero a la hora de empezar a trabajar, la tasa la vamos a soportar también los ciudadanos de esta comunidad. Echo en falta sensibilidad con el sector, y también con los trabajadores, porque sigue habiendo trabajadores en ERTE.

Y no sólo la tasa turística. Cuando hablo de optimización fiscal, me refiero a que la Conselleria de Medio Ambiente está planteando una tasa/impuesto a las grandes superficies; o cuando se habla de impuesto de patrimonio, que se ha vendido que es a las personas con más de diez millones de euros de patrimonio, que tampoco habrá tantas en la Comunidad Valenciana, pero no se dice que han bajado el tope de 600.000 a 500.000 euros... ¿Éstos son ricos? Estas demagogias de crear impuestos cuando tú tienes que poner en tus presupuestos una partida de 1.300 millones de euros ficticios, que nosotros apoyamos, y que al final se logra equilibrar porque las conselleries no ejecutan lo presupuestado... Y esto mismo vale para el Estado.

Hablando del Estado, y del Gobierno. Recientemente, la patronal ha acordado con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y con los agentes sociales la reforma laboral, un consenso que no se ha conseguido con la subida del salario mínimo interprofesional (SMI)...

En estos temas, el empresario siempre es el malo. No obstante, en la cuestión del salario mínimo social hemos dicho que no porque no es un tema de diálogo social, es un acuerdo político entre el PSOE y Podemos de aumentar en X años la base del salario mínimo interprofesional -que afecta básicamente a agricultura, hostelería y limpieza-, por tanto no les hacemos falta. Y sobre todo, nosotros no podemos decir un sí tan claro como hemos dicho anteriormente, porque hay un compromiso de subida nuestro, pero más alargado en el tiempo. Llevamos dos años de pandemia en los que las empresas han sufrido incrementos de costes en materias primas, incrementos impositivos, ahora está el ministro Escrivá con la subida de las cuotas a los autónomos, el aumento del SMI desde 2019 en un 30%, a lo que hay que sumar las cotizaciones sociales, que también han subido. Por tanto, creo que las empresas estamos soportando en plena pandemia un coste que es insoportable. Lo fácil hubiera sido aprobar. ¿Qué son, 35 euros? Pero tenemos que enviar un mensaje a los nuestros, porque no son 35 euros, son X euros desde 2019, más las cotizaciones sociales, que deja el coste en más de 1.400 euros. Esto no es diálogo social, esto lo teníamos firmado con los sindicatos hacerlo hasta 2023. Esto es un 'no' por responsabilidad, porque las empresas son las que están soportándolo.

En cuanto a la reforma laboral, como se está demostrando, no contenta a nadie. Desde el punto de vista empresarial, hemos conseguido minimizar el impacto. Hace nueve o diez meses, los ministros hablaban de derogar la reforma laboral, una derogación que legalmente no podía ser y que hubiera sido muchísimo peor. Mantenemos el artículo 41 (sobre las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo), pero en toda negociación cedes, y hemos cedido en cuestiones que por responsabilidad y visión es importante que lo hayamos hecho, como es el tema de la subrogación. Era fundamental trasladar una visión a medio-largo plazo. En este tema, yo no entiendo la postura del Partido Popular. Ciudadanos, por ejemplo, ha tenido visión de Estado, y otros no. Y Esquerra Republicana o el PNV o Bildu han demostrado el tipo de negociación que les gusta, te apruebo esto a cambio de algo. Esto gusta más o gusta menos, pero si los agentes sociales nos hemos puesto de acuerdo, se debería haber respetado. La reforma laboral ha servido para focalizar la posición de cada partido, y algunos han tenido una postura lamentable porque no han querido tener una visión de Estado. Aquí no gana uno ni gana otro. Hay que trabajar, como dice Europa, contra la temporalidad y el paro juvenil, y por responsabilidad y visión a largo plazo la hemos apoyado.

Usted se ha referido en alguna ocasión al problema de la economía sumergida...

Es fundamental luchar contra la economía sumergida. La Administración y nosotros debemos entrar en ese tema. No puede ser que haya quienes estamos en la lista y que haya quien no esté y que la Administración no vaya a por ellos porque va a lo cómodo. Éste es otro tema de visión de conjunto.

Cambiando de asunto. Desde hace tiempo se viene hablando de la necesidad de la Comunitat Valenciana de cambiar su modelo productivo...

Necesitamos transformar el modelo productivo. Cambiar siempre es más disruptivo. El modelo productivo es el que tenemos: turismo, agroalimentario, químico, motor, cerámica... Tiene ciertas debilidades y es cierto que servimos, salvo excepciones como la cerámica o el sector químico, productos de medio-bajo valor añadido. La Comunitat Valenciana no está en el pelotón de cabeza de la innovación, sí la parte pública, sobre todo las universidades, pero la componente empresarial está por debajo de la media nacional y esa es una reflexión interna que debemos hacer. Sí que se han hecho algunos avances, pero eso cuesta. Se va avanzando, y la creación de la Agencia Valenciana de la Innovación es un ejemplo, o la alianza Inndromeda (Alianza de Tecnologías Innovadoras de la Comunidad Valenciana), donde está la universidad, estamos nosotros, está AVE (Asociación Valenciana de la Innovación) y los sindicatos. En los últimos cuatro años la Comunitat Valenciana ha crecido un 45% en temas de innovación y seguimos estando por debajo, pero somos la comunidad que más ha crecido. Estamos en el segundo pelotón pero tenemos que llegar a donde están la Comunidad de Madrid, Catalunya, el País Vasco y Navarra. Eso es transformar el modelo productivo. Nuestro posicionamiento geoestratégico también es muy importante, con el Corredor Mediterráneo, el Puerto de València, la conexión con Madrid, que aporta el 25% del tráfico portuario, y con Castilla-La Mancha, cada vez hay más start-ups y empresas con base tecnológica... pero esa transformación se produce poco a poco, y sin perder nuestra esencia agraria, que también tiene que mejorar.

Hablando de situación geoestratégica y de infraestructuras, ¿es necesaria la ampliación del Puerto de València?

El Puerto de València, tan atacado, es muy importante para la competitividad de la Comunitat Valenciana. Es el número uno del Mediterráneo y el cuarto de Europa, y no porque traiga contenedores de China, sino porque los contenedores vuelven llenos, porque la exportación funciona. El puerto número uno por tráfico es Algeciras, pero en import-export, que es lo que produce valor, es València, no es Barcelona, que sí que ha aprobado la ampliación. La ampliación del Puerto de València es importante para seguir siendo líderes y este tipo de decisiones en infraestructuras son quince-veinte años. Y el próximo movimiento del Puerto, no ahora como ha pedido algún conseller, será Sagunto, con una excelente situación geoestratégica con Parc Sagunt, Corredor Cantábrico, conexión Europa, se está hablando de la posibilidad de Wolkswagen...

¿Cómo ve el presidente de la CEV la situación en Ford?¿Corre realmente peligro la planta de Almussafes?

Técnicamente y desde un punto de vista de posicionamiento geoestratégico, capacidad de la planta, que es productiva y competitiva, Ford lo tiene muy bien. Pero yo no sé si la decisión va a ser esa, o va a ser una decisión política desde Estados Unidos entre España y Alemania. A mí me da tranquilidad que sean los sindicatos los que están negociando el futuro de la planta. He pedido información y reunirme cuando todo esto este claro y creo que es mejor no intervenir para nada.

Los agentes sociales valencianos han sido capaces de alcanzar diversos acuerdos con el Gobierno autonómico durante la pandemia, ¿Cómo valora la experiencia?

Hemos sido pioneros en esto. Ha funcionado muy bien el diálogo social y hemos sido capaces de alcanzar acuerdos que en clave nacional no se han hecho, aunque se plantearán. Ha sido clave que hubiera independencia desde Presidencia en la figura de Zulima Pérez -directora general de Diálogo Social- y las relaciones personales de tres personas [el propio Navarro junto a Ismael Sáez, secretario general de UGT-PV, y hasta hace un año Arturo León, secretario general de CCOO-PV, cargo que desde el pasado verano ocupa Ana García] con visiones distintas que no coincidimos en muchas cosas pero que sabemos que tenemos que converger en muchos temas. En nuestro caso, queremos trasladar una transformación de la visión empresarial, nosotros no jugamos a corto plazo. Lo que queremos es sostenibilidad medioambiental, sostenibilidad en el tiempo de nuestra gente, en nuestros recursos, y queremos trasladar una imagen de moralidad del empresario. Creo que el liderazgo que hemos tenido aquí hemos sido capaces de trasladarlo luego a la CEOE.

En cuanto a la experiencia en sí, recuerdo cuando planteamos con los sindicatos el tema de los ERTE para que fuera la Administración la que los asumiera. En los primeros momentos vi mucha voluntad por parte de los funcionarios en querer ayudar, pero me sorprendió la nula movilidad entre los diferentes departamentos cuando existía un cuello de botella. Esta es una reflexión importante que habría que hacer, aunque se trate de un tema anecdótico.

¿Cómo valora la gestión política de la pandemia?

Es difícil opinar, pero hay que valorar que antes de tomar cualquier decisión el Consell siempre se ha reunido con los empresarios y los sindicatos. La Conselleria de Sanidad, cuando le hemos pedido algo, siempre ha habido diálogo. Pero claro, esto es una pandemia, y gestionando esto, todos hubiéramos cometido errores, seguro. Y al final, ha sido una gestión más técnica que política, como cuando se plantean cuestiones como la mascarilla. Es difícil valorar una gestión en estos tiempos, y yo creo que hubiera cometido los mismos errores. Pero en el campo autonómico, que es el que he vivido más directamente, creo que ha habido un equilibrio. Ha habido decisiones en reducciones de aforo, cierre del ocio nocturno... que había que tomarlas. Lo que no ha habido es una prepotencia de la Administración, yo lo valoro así.

Y para finalizar, dentro de cuatro años Salvador Navarro ¿seguirá al frente de la CEV?

Por estatutos no puedo. Otra cosa es que se cambien los estatutos, que los hemos cambiado todos los años [sonríe]. Me centro en estos cuatro años. Todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Tenemos debilidades que fortalecer y fortalezas que afianzar, y cuatro años por delante para trabajar.