El Gobierno de Ximo Puig ha tenido que tirar de contactos -como el empresario chino afincado en Ontinyent Chen Ku Keping- y de un mercado asiático inflacionado para adquirir suficiente equipamiento médico con el que dotar al personal sanitario y sociosanitario valenciano en su lucha contra la COVID-19, una enfermedad que hasta la fecha ha dejado 1.364 muertos y más de 14.000 positivos en la Comunitat Valenciana.
Desde que la última semana de marzo llegara al aeropuerto de Zaragoza el primero de los aviones fletados por la Generalitat Valenciana han sido 21 los aviones con cargamento sanitario comprado por el Consell que han aterrizado en distintos aeropuertos españoles (Barajas, El Prat, Zaragoza, Manises o Castellón), los dos últimos el pasado fin de semana.
En total, la administración autonómica ha adquirido 10,4 millones de guantes, 1,3 millones de equipos EPI de protección, 700.000 gafas de protección, 20.000 termómetros, 300.000 batas, 100.000 test rápidos, 336.000 gorros quirúrgicos y 200.000 calzas. De momento, el gasto ronda los 70 millones de euros, aunque para estas y otras compras de emergencia la Generalitat Valenciana tiene disponibles 96,8 millones de euros.